Hola, mis amores, este relato me fue compartido como carta a aquellas mujeres o hijos que se encuentran a puertas de una relación y no saben si dar el paso o no.
Hola mi nombre es Susana o susi como muchos me llaman.
Me describiré, soy una mujer de 35 años, de estatura media
1.66m, de piel blanca, cabello negro a media espalda, delgada, con pechos 36b y
unas nalgas respingonas.
A los 17 años me casé con quien fuese mi marido por 19 años
y con el único hombre con quien estuve en la intimidad y con quien felizmente
concebí dos hijos, un niño quien en aquel momento tenía 18 años de nombre Jose
y mi pequeña de nombre Alondra de apenas 5 años.
No sé cómo describir mi matrimonio puesto que me case
enamorada de un hombre alto de 1.75m que quizá a muchos no les parezca tal alto
pero en la comunidad en la que vivo él es el más alto, tenía un cuerpo
musculoso, y de piel morena y por si hiciera falta es carismático, los
problemas con él a lo largo de este tiempo fueron muchos, pero el más
significativo y causa de esta historia es el hecho de que a pesar de la
descripción anteriormente redactada que da a entender de un hombre que impone y
daría protección a su familia, él no nos la daba a mis hijos y a mí, lo peor de
todo es que no lo hacía ante personas en específico, su familia, dado que a mi
hijo lo golpeaban sus sobrinos y él no le daba importancia, a mí, sus cuñados y
hermanos me hacían proposiciones del índole sexual esto claro que lo sabía el
pues yo se lo decía y con pruebas por si acaso el llegara a pensar que eran
inventos míos y el al contrario de cualquier otro hombre solo se limitaba a
decir que algo abre hecho o que si él no me hacía feliz que lo hiciera otro
dando pie a ser le infiel con ellos, mi respuesta a esto era que si le llegara
a poner los cuernos seria con un verdadero hombre no con los pendejos de su
familia.
No sé a ciencia cierta por que aguante tantos años casada
con él, quizá la costumbre, el miedo a quedar sola, la rígida educación
conservadora de mis padres o el hecho de que a pesar de todo también había
momentos muy hermosos y de amor.
El otro protagonista de mi historia es mi hijo Jose, quien
desde el primer momento que lo vi supe que era especial, su carita siempre
quería hablar, expresar cosas a pesar de que sus labios callaban, como he
mencionado anteriormente durante bastante tiempo sufrió los golpes de sus
primos, recuerdo hasta los 11 años que llego a casa lleno de ira, había
golpeado hasta el cansancio a dos de sus agresores en la escuela y con ello mi
hijo se volvió mi respaldo ante todo lo que yo necesitaba, era mi acompañante,
cuando iba a cualquier lugar por cualquier motivo él iba conmigo hasta el punto
de que solo bastaba decir que saldría para que él ya me esperara para salir,
era mis fuerzas cuando tenía que hacer algo fuera una actividad pesada o no el
me ayudaba, si me sentía mal, el me procuraba y cuidaba de mí, un verdadero
ángel en mi vida
poco a poco mi niño se volvió un joven que cambio un cuerpo
menudo a uno musculoso a que nadie se podía o se atrevía a poner de frente pues
a pesar de que conmigo y su hermana se portaba con todo amor con otros se ponía
a la defensiva a primeras, su estatura apenas pasaba el metro setenta, si, es
un poco más bajo que su padre pero aun así es más alto que otros chicos de su
edad, su piel es moreno claro y aun que no llega a ser irracionalmente guapo si
ha captado la atención de muchas chicas por varios aspectos, a mayor medida
porque es la típica fantasía de una chica, rockero, cabello semilargo y delgado
(supongo que era la fantasía en mis tiempo no los de ahora).
Mi historia da comienzo un fin de año en el que toda empresa
da la fiesta de fin de año y en la que yo laboraba no fue la excepción solo que
aquel año se dio la oportunidad de llevar a las parejas de los empleados o a un
acompañante, a mí me hacía ilusión poder compartir ese día con mi esposo, me
compre ropa muy linda para que el me presumiera e incluso se la mostré y me
alentó a usarla, constaba de un vestido ajustado de color blanco con un escote
bastante pronunciado, la parte baja solo tapaba un poco más de la mitad de mis
piernas torneadas, mi lencería constaba de un brasier de encaje blanco y una
tanga blanca con un diseño muy coqueto, casi no soy de usar tangas pero para el
vestido era justo su huso además de que el ir con mi esposo me daba seguridad.
un par de días antes del evento note que me faltaban un par de calzones y
buscándolos me di cuenta de que los había perdido, este hecho ya lo había
pasado años antes, por actos, hechos y miradas empecé a sospechar de un sobrino
de mi esposo que vive a escasos 50 metros de nuestra casa, nuevamente mi esposo
no hizo ni dijo nada, a mi hijo no le
dije nada para evitar más problemas, el día de la fiesta ya lista para salir mi
esposo de la nada me dijo que no iría solo porque no le daba la gana,
obviamente mi hijo en cuestión de minutos se arregló para la ocasión, se portó
como todo un caballero evitando me brotaran las lagrimas por el disgusto con su
padre, en la recepción del evento nos sentamos en una mesa redonda en donde nos
sentamos con 3 de mis amigas del trabajo las cuales eran divorciadas.
-
Oye pero que guapo tu acompañante, ¿Qué, te
lo estas cogiendo?
-
No, que te pasa es mi hijo.
-
¿me lo podrías prestar para que me tape una
fuga que tengo en casa?
Comentarios como los anteriores me empezaban a poner celosa,
pero suponiendo que eran palabras de cuarentonas necesitadas lo empecé a tomar
a forma de broma.
-
Si claro.
Mi hijo tuvo que darse abasto con las cuatro para sacarnos a
bailar, puesto que como en todo trabajo, no falta el que se quiera hacer el
simpático para manosear o tratar de llevarte a un hotel.
Entre copas y cervezas mi hijo tuvo que ir al baño además de
supongo que también era pretexto para descansar de tanto baile, lo cual un
compañero de trabajo al que le llamare Enrique aprovecho para acercarse a
nuestra mesa.
-
Oye susi que guapa, ¿me permitirías bailar
contigo?
-
No gracias ya estoy algo cansada además de
que vengo con mi hijo.
-
Por favor solo será una canción
Al final acepte para que dejara de molestar, además de que
supuse que la canción que bailaríamos duraría menos de lo que mi hijo de salir
del baño.
-
Que preciosa estas Susi, lástima que no estés
bien atendida.
-
Gracias, ¿pero a ti que te importa si estoy
bien a tendida o no? Además de que ¿tu como sabes que no estoy bien atendida?
-
Simple si lo estuvieras vendrías con tu
esposo y no con tu hijo
-
Mi esposo no pudo venir por su trabajo, pero
mando a nuestro hijo para que ningún pendejo se me acercara.
-
Si, como digas.
Poco a poco la mano derecha que tenia tomada mi cintura fue
a una de mis nalgas, mi mano iba directo a su cara, pero antes de despegarla de
su hombro me vino a la mente lo sucedido en casa, mi esposo que al parecer
quería ser un cornudo, me dije ensimismada “Si quieres que otro me coja así
será pendejo”. Mi mano derecha tomo la de Enrique que ya hacia en mi nalga y se
la empecé a restregar en mi nalga y con una sonrisa confirmamos que nos gustaba
la situación, con la cabeza Enrique me hiso señas de ir a otro lado a lo cual
lo seguí caminando detrás de él, entramos a la primera oficina del pasillo del
lugar. Me coloque detrás de una silla de donde recargue las manos y empine las
nalgas, enrique se posiciono detrás de mí.
-
No te imaginas las veces que me la jale
imaginando que te la metía.
-
Cállate y métemela.
-
Tu esposo tan desatendida que te tiene y tu
tan putita que eres.
Enrique decía en mi oído mientras subía mi vestido, una vez
el vestido ya hacia en mi cintura se escuchó que abrían la puerta y ambos
volteamos, era Jose, este al verme empinada solo se quedo viendo por unos
segundos los cuales a mí me parecieron horas. Pude ver como la persona
que mas amaba en el mundo, el que hacia una hora había evitado con su amor que
yo llorara, ahora por mi culpa él había derramado pequeñas lágrimas. Azotando
la puerta la serró.
Sin siquiera bajarme el vestido quise correr detrás de mi
hijo, pero Enrique me tomo del brazo haciéndome volver a él, no soy el tipo de
mujer que dice groserías, mas bien soy muy tranquila, pero en esta ocasión con
un puño en la mano golpee la nariz de enrique diciéndole “vete a la mierda
imbécil”, baje el vestido y tratando de alcanzar a Jose llegue a la mesa en
donde estaban solas mis amigas con una cara muy seria.
-
Han visto a mi hijo.
-
Si, ¿Qué le hiciste? se veía muy enojado y
salió a la calle
Sin decir nada me dirigí al estacionamiento, al chico que me
atendió le pregunte si mi acompañante le pidió el auto a lo que me contesto que
no, lo había visto salir, pero no le dijo nada. Pedí me llevara el auto para ir
a casa, en el camino solo iba mirando hacia ambos lados del camino buscando
mirarlo entre la gente aun que de esta había poco puesto que ya eran cerca de
las 10 de la noche, mis manos, pies, todo mi cuerpo temblaba, no por mi esposo
o el que se enterase de lo sucedido parte de mi quería que así fuera pero en
realidad temía a lo que sucediera con mi hijo tanto en su integridad como por
nuestra relación.
Llegué a casa sin saber de él, me dirigí a su habitación
esperando verlo ahí, pero nada, fui a mi habitación en donde mi marido se
encontraba viendo una serie.
-
¿Ya llegaron? ¿Cómo les fue en su dichosa
fiesta?
Trague saliva.
-
Bien gracias.
Salía hacia la sala y llame al celular de mi hijo.
Después de media hora mi esposo bajo y me pregunto por
nuestro hijo, empecé a llorar y le dije que no sabía, que había salido de la
fiesta sin mí, aun no terminaba de decir nada cuando me interrumpió.
-
Era lógico, es que quien va a soportar esas
ridiculeces, seguramente habrá ido con sus amigos a tomar algunas copas o con
alguna chica a lo que cualquier chico de su edad hace.
Era insoportable oírle por lo que preferí entrar a la
habitación de mi hijo y espérale ahí, me venció el sueño, al despertar la cama
estaba tendida y yo temblando de frio “en otro caso él me hubiera despertado y
metido bajo las sabanas o me hubiera puesto una manta, pero a mi esposo le
valía como había dormido”, baje a la sala en donde mi hijo junto a su padre se
reía, solo alcance a escuchar que mi esposo le decía “ese es mi hijo caray”,
era la primera vez que escuchaba que se expresara así con nuestro hijo o
siquiera que ellos interactuaran, siempre vi que Jose le guardaba rencor por no
haberle defendido cuando era un pequeño, pero la visión que tenia en ese
momento era de un padre e hijo de revista.
-
Bueno campeón, nos vemos, diviértete mucho.
-
Si padre gracias, ve con cuidado.
A mi solo volteo a verme y secamente me dijo un “nos vemos
más tarde” como siempre. Quise hablar con mi hijo, pero detrás de mi esposo
salió el, durante todo el día quise procesar lo que había visto en la mañana,
¿Qué le había dicho mi hijo a mi esposo como para qué los dos estuvieran riendo
juntos? ¿en dónde estuvo mi hijo durante toda la noche? Entre otras cuestionantés
que me hice durante todo el día era sábado por lo cual él no tenía clases y yo
no tenia que ir al trabajo pues solo trabajo 5 días a la semana, esa era otra
duda ¿en dónde abra estado durante todo el día?
Había momentos en los que trataba de no pensar en el
atendiendo a Alondra, pero me era imposible, después de una hora de que llegara
mi esposo llego el, eran las 7:00 pm.
-
Ya llegaste campeón, que bien justo para
comer.
-
Emm no gracias, solo vine a bañarme y vuelvo
a salir.
-
¿lo mismo de ayer?
-
Parecido
-
Eso es todo campeón
-
A donde, ¿Qué es lo mismo de ayer?
-
Nada, cosas de hombres.
Después de cuarenta y cinco minutos salió como tenia mucho
que no lo veía vestido, jeans un tanto ajustados de color negro, una chamarra
negra abierta, una playera ajustada de color caqui y zapatos tipo botín.
Solo dormí a mi hija y enfrente a mi esposo.
-
En que anda metido mi hijo.
-
En nada mujer, tu deberías de saberlo a mi
apenas hoy en la mañana me hablo.
-
Tu le preguntaste que sí “a lo mismo de ayer”
¿Qué sabes?
-
Ya te dije que nada, solo que ya no es un
niño, ¿creíste que siempre estaría metido entre tus faldas o qué?
-
…
-
¡ya no es un niño! ¡Déjalo que sea hombre
caramba!
Nuevamente no soporte a mi esposo y volví a dormir en la
cama de mi hijo esperando a que llegara durante la noche, en esta ocasión lleve
a Alondra para dormir junto a ella, en algunas ocasiones cuando me sentía
triste solía dormir con los dos, mi hija, yo y Jose detrás de mí, así sentía
que él nos protegía a las dos.
Paso una semana en la cual mi hijo solo aparecía por la casa
para bañarse y solo hablaba con su padre, eso lo entendí, el sentía
remordimiento por su padre puesto que al parecer no le conto lo que vio, mi
trabajo lo deje pues sentía que no tenia cara para ver a mis amigas, de algo se
abran enterado pues cuando fui a presentar mi renuncia me vieron con cierto
coraje, la decisión de renunciar la tome dado que volvería a ver a Enrique y
sentía que el era el culpable de lo que sucedía entre mi hijo y yo, sentía que
si lo miraba lo iba a golpear como una loca, pero a quien engañaba, la culpa
era mía.
Era sábado otra vez y la casa ya olía a polvo por lo cual mi
esposo me reclamo diciendo que me estaba volviendo una inútil, qué demonios
hacia durante todo el día que no limpiaba la casa, por ello decidí hacer los
quehaceres, al barrer la habitación de mi hijo decidí acomodar su closet pues
el ya no acomodaba su ropa como hacia antes, al sacar todo vi un baúl pequeño
quizá de 30cm de largo, 20 cm de ancho y 30 cm de alto, lo abrí con curiosidad.
Al abrirlo descubrí bastantes tangas, Conte 30 diferentes donde
en la parte de enfrente tenía escrito un nombre y un número telefónico, la
mayoría eran de diferentes chicas otras se repetían, no pude contener el
llanto, sabia que estaba perdiendo a mi hijo en todos los sentidos posibles,
los celos me invadieron.
Recordé a una amiga de la soltería que conocí en uno de mis
primeros trabajos la cual vivía cerca de la casa de mis padres, en la zona
donde reside hay varios chicos punks quisa podía saber algo de Jose por ahí
dado que en la época de preparatoria había tenido una banda de rock Junto a
otros 4 chicos ya que el papá de uno de estos cantaba en un grupo norteño
amateur, cargándome a Alondra fui hasta la casa de mi amiga con la esperanza de
que un viviera ahí.
Al llegar me recibió una chica vestida con unos jeans
ajustados y una playera negra de “Kiss”.
-
hola se encontrará Esmeralda.
-
No ¿quién la busca?
-
Susana, ella me conoce ¿eres hija de
Esmeralda?
-
Si ¿Por qué?
-
Tienes unos ojos muy parecidos a los de ella
-
Gracias.
-
Oye creo que me puedes ayudar
Con cada de sorpresa la chica me quedo viendo
-
Te explico, sucede que tengo un hijo que en
estos últimos días no ha llegado a casa veo que te gusta el rock ¿vas a las
tocadas? (en México una tocada es un concierto de rock)
-
Si
-
Bueno, pasa que hace años mi hijo tenía una
banda y no sé si hayan vuelto a dar tocadas.
Después de mencionar el nombre que tenia la banda la chica
me queda viendo sorprendida y me confirma el lugar donde se presentarían ese
mismo día por la noche, me retiro hacia casa quedando en verme con la chica la
cual me dice orgullosa que nunca se había perdido una tocada de los muchachos
pero que últimamente le estaba cayendo mal mi hijo puesto que “Carlos” el
baterista tenía puras amigas zorritas y ella sospechaba que ellas se dejaban
coger por los cinco.
Al llegar a casa me dirigí a la casa de mi hermana a
encargar a Alondra, dadas las 9 de la noche salí de casa con el pretexto de ir
a la casa de mi hermana por Alondra.
Llegamos al lugar del evento en el preciso instante el que
presentaban a los integrantes de la banda, mi hijo solo salió con los Jeans
ajustados de color negro, la parte frontal de su torso lo cubría una guitarra
eléctrica, me sorprendió la aparición de una chica como corista dado que antes
no estaba en la banda, me horrorice al ver que su atuendo constaba de un top de
red donde casi se le veía totalmente las tetas una chaqueta de cuero negro, una
minifalda de cuero negro que cubría parte de un liguero rosa y este sujetaba
unas medias de red negra de tal forma que si la hubiera visto por la calle
hubiera jurado que era una sexoservidora.
Desde la parte de atrás del lugar estuve escuchando el
concierto donde la mayoría de las canciones las canto mi hijo el cual, si bien
no cantaba como los ángeles si lo hacia de una buena manera, solo que me llamo
la atención que algunas canciones “románticas” cambiaba la voz a una poco
entendible “death voice”.
Después de una hora dieron por terminado su turno para tocar
y subiría otra banda al escenario, la hija de Esmeralda me dijo que ella se
quedaría a escuchar las otras bandas y regresaría con otras chicas de su
colonia.
Después de que la banda de mi hijo subieran sus instrumentos
a una camioneta los vi platicando, tomando cervezas y fumando, abran pasado una
o dos horas así hasta que vi que una de tantas chicas abrazo a mi hijo y este
la llevaba de la mano hasta un auto negro el cual parecía de lujo, con cierta
distancia los seguí hasta una casa a la entrada de la ciudad, después de quince
minutos de angustia entre a la casa, pues en sus apuros no cerraron la puerta
de la entrada, se podían escuchar como algunas cosas se caían y otras de vidrio
se rompían, al entrar a la habitación de donde provenían los ruidos, pude ver a
la chica encima de mi hijo cabalgándole, las manos de mi hijo estaban en la
cintura de la chica y esta como toda una amazona subía y bajaba ensartándose en
la verga de mi hijo, sus manos tomaban de los cabellos a mi hijo el cual impulsándose
con el colchón de la cama daba envestidas muy fuertes al coño de la chica.
Quería ir hasta ahí, tomar de los pelos a esta puta y
quitarla de encima de mi hijo, darle una golpiza, pero sabia que no tenía
ningún derecho, ya no era mi niño, salí de prisa, pero tratando de no hacer
ruido, al cruzar la calle para subir al auto, solo alcancé a ver una luz, había
cruzado sin darme cuenta de que se aproximaba una camioneta, afortunadamente
este se detuvo cerca de mí. Se escucharon dos puertas abriéndose y
posteriormente siendo azotadas.
-
¡Porque carajos no te fijas!
Escuche la voz de un hombre joven.
-
Disculpa, disculpa.
Solo podía repetidamente pedir disculpas, tenía los oídos
ensordecidos, la vista nublada y los ojos llenos de lágrimas (*tal como en el
momento de platicarles esta parte de mi historia*)
-
¿estás bien?
Oía la voz de una chica con cierto tono de preocupación.
-
Creo que está mal esta mujer, vamos a
llevarla al hospital.
-
No, no, estoy bien gracias.
-
¿te podemos ayudar en algo?
-
No, solo quiero irme de aquí.
Algo hablaron entre ellos dos, pero por mi estado y mis
berridos no escuche que decían. Sentí unos brazos fuertes cargándome, los
cuales me parecieron los de mi hijo, me recordaba cuando me dormía esperando a
mi esposo y mi hijo me cargaba hasta mi cama.
-
¿Jose?
No recibí respuesta. Recordé fugazmente mi auto.
-
¿Cuál es tu auto?
Con el dedo lo señalé, los chicos nuevamente hablaron entre
ellos, el chico me subió a una camioneta negra pude distinguir, la chica me
pidió las llaves de mi auto, después de algún tiempo el chico detuvo la marcha
y nuevamente me volvió a cargar a la entrada de una casa.
-
Ana prepara café por favor, a ver si con un
café reacciona.
Después de media hora ya era mas consiente de mí, este par
de chicos los cuales me dijeron que eran hermanos me preguntaban que me había
sucedido, buscando un desahogo les conté el martirio por el cual estaba
pasando.
Entre ambos me trataban de explicar cosas que no veía.
Lo que mi hijo vio le había roto las cadenas morales, si
bien el me protegía y daba un buen comportamiento era por que se había
consagrado a cuidar de mi al verme sola, después de verme empinada como puta el
ya no veía por qué seguir portándose bien, yo le libere sus demonios.
Mi esposo sabia de los encuentros sexuales de mi hijo por
eso se enorgulleció aquella primera mañana.
Algo estaban pensando los dos chicos, pues hacían énfasis en
que me había puesto celosa en varias ocasiones con respecto a mi hijo, también
en que me sentía muy a gusto y protegida con él.
-
¿Y cómo es tu vida sexual con tu esposo?
Esta pregunta me incomodo un poco pero creí que era parte de
lo que me ayudaría pues vi que las preguntas llevaban a algo que me hacia sentir triste pero a la
vez me hacían tener solo a mi hijo en la mente y veían lo importante que él era
para mí, es como la típica frase “nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve
perdido”, en mi caso estos hermanos me repetían que podía recuperar aquello que
había perdido de mi hijo.
-
Desde que concebí a mi hija no he estado con
nadie y solo ocurrió por que mi esposo estaba muy ebrio.
-
Bien, cuando mi hermano te cargo en brazos le
has llamado Jose, asumo que ha sido porque tienen algún parecido ¿estoy en lo
correcto?
-
Si, son bastante parecidos.
-
Ok vamos a hacer una cosa.
La idea de estos dos era algo loca, pero mi mente solo
estaba enfocada en recuperar a mi hijo aun que todo fuera una locura.
Pude ver a Jose (el cual era el nombre del chico de veintitrés
años) desnudándose ante su hermana y de mí, su mirada cambio a una mirada
penetrante cual lobo asechando a su presa, ¡Dios! Casi me corría.
-
Piensa en tu hijo
Me decía Ana con una voz tenue, en mi cuerpo se mezclaron
sentimientos, eran muy parecidos entre ellos, mi hijo y este chico, me sentía
excitada casi a punto del orgasmo, a la vez que en mi mente estaba la imagen de
mi hijo mirándome empinada.
El chico me tomo de la muñeca y tal como les había dicho que
me vio mi hijo me hizo recargarme de un sillón y me empino, lentamente paso sus
manos para desabrochar el botón de mis jeans y los bajo hasta mis rodillas,
dejando a su vista mi calzoncito que cubría la mitad de mis nalgas, sentí como
algo puntiagudo subía, bajaba y se curveaba en mis nalgas sobre la tela del
calzón, no era una verga, era algo más delgado, después de dos minutos Ana me
preguntaba si quería sentir el cariño de mi hijo a lo que conteste afirmativamente,
en eso empiezo a sentir como el chico empieza a restregarme su gran pedazo de
carne, era una sensación extraña imaginar que era mi hijo quien me restregaba
esa verga, otras situaciones similares se presentaron durante la noche, hasta
el punto en el que ambos me sacaron del transe en el que estaba cuando me deje
de excitar con la verga, la gran verga que tenía enfrente.
Lo siguiente fue lo que me hiso regresar totalmente a este
mundo.
Ana se hincaba frente a su hermano y con la boca tragaba la mitad
de la verga que su hermano le ofrecía.
-
¿y después de ver lo que acabo de hacer te
sientes excitada?
Por la impresión no me di cuenta de que no me sentía
excitada, pero si tenia a mi hijo en mente.
-
No.
Tome mi pantalón y me lo acomode. Eran casi las cuatro de la
madrugada y agradecí a ambos con un beso en la boca por hacerme comprender
tantas cosas, antes de entrar al auto el chico me dice.
-
Por cierto, muy lindas nalgas, peo te
aconsejo uses algo más sexy.
Llame a mi hermana para saber si podía pasar por mi hija,
pero no me contesto, en un mensaje le envié “¿se puede quedar alondra a dormir
contigo esta noche? Gracias”.
Apenas iba a introducir la llave a la puerta de mi casa
cuando suena mi teléfono. La llamada provenía de la cruz roja, mi hijo había sufrido
un accidente de moto.
Después de 12 horas en el hospital y tras enyesarle la
pierna y brazo derecho, por fin le dieron de alta, tuvimos que contratar una
ambulancia para que lo llevaran con más seguridad hasta casa, mi hermana yo y
Alondra los seguimos con el auto, mi esposo tuvo que volver al trabajo por lo
cual tenía que quedarse más tarde de lo habitual para cubrir el tiempo que
había salido.
Al llegar a casa mi hermana se fue a su casa, tenia que
bañar a mi hijo pues aun estaba muy sucio, para ello deje a Alondra en mi
habitación, me quite la ropa excepto el calzoncito y me puse un corpiño para
evitar mojar la ropa, encima una bata , cuando entre en la habitación de mi
hijo había quitado la playera y el pantalón, iba a poner mi cuello bajo su brazo
para que el se apoyara en mi y no se cansara mucho al trasladarse bajo la
regadera, pero al agacharme él se giró evitándome.
-
¡No, no necesito de ti!
Apoyándose de una muleta fue hacia el baño y yo me quede
sentada en su cama llorando, abrían pasado 5 minutos o menos cuando escuche
ruido en el baño seguido de un grito desgarrador de mi hijo, corrí hacia él, al
entrar al baño la bata se atoro en la manija de la puerta, estire los bazos
hacia atrás para que la bata saliera pronto, al asomar tras la cortina plástica
que separa la ducha del vestidor, pude ver a mi hijo tirado sobre sus nalgas
como si estuviera sentado, su cara expresaba dolor y contenía un poco el aire.
Sin dudarlo me senté tras de él abrazándolo con todas mis fuerzas.
-
Perdóname hijo, perdóname por favor.
-
Vete, no te necesito, ¡vete!
Tras sus gritos iracundos lo abrace aun con más fuerzas.
-
Tu padre me orillo a hacer lo que nunca
sucedió, tu padre me arrojo a los brazos de otros hombres y lo peor de todo, a
los brazos de sus hermanos y de sus cuñados aun así nunca le fui infiel, hace
dos semanas seme perdieron un par de calzones por eso el día de la fiesta se me
nublo el pensamiento y ocurrió lo que viste, pero solo lo que viste, solo tenia
el vestido levantado no más, a rais de todo esto, veo que en realidad si le fui
infiel, con el pensamiento con un hombre, con el único hombre que he amado
además de él, ese hombre eres tú, tu que nos has cuidado a tu hermana y a mí
como si fuéramos tus mujeres y te lo agradezco profundamente y te amo, no se a
que grado pero te amo.
-
Sal por favor, no quiero saber nada ahorita.
Comprendía que tenia que poner en orden sus pensamientos por
lo cual le obedecí, al darle la espalda con voz extrañada me dice.
-
¿Has hurgado en mis cosas?
-
No ¿por qué?
Tenia la misma mirada penetrante que el chico de la
madrugada anterior.
-
Que linda que quieras regalarme tus calzones
como mis amigas lo hacen, pero no te será fácil conseguir mi perdón… pero pues
dámelo, aunque un moñito hubiera estado bien.
No entendía sus palabras, pero no
quería que sospechara que alguien mas me había visto los calzones, así que me
di unas vueltas por el vestidor para verme de reojo en el espejo, no alcance a
leer totalmente lo que decía, pero si distinguí letras.
-
Antes de dártelo o si quiera de bajármelo
quiero que entiendas que solo a ti te voy a regalar una prenda mía y aun mas
siendo una prenda intima, ni en el futuro ni en el pasado a nadie le he
regalado nada ni a tu padre… otra cosa, esta claro que irrumpiré en mi
intimidad ante ti y solo lo are por que te amo como mi hijo y como el hombre
que siempre me ha apoyado y el amor que siento por ti no es por lo que ha hecho
o no tu padre si no por lo que tu has hecho, ver por mi y por tu hermana.
Después de ir bajando poco a poco mi calzón y sacármelo
totalmente lo acomodé y vi lo que decía, “para Jose con amor de susi”. A
diferencia de lo que pude pensar su mirada iba siguiendo a la mía mientras
ambos estirábamos los brazos, yo para entregarle la prenda y el para recibirla.
-
Bien, ahora sal por favor.
Nuevamente obedecí, Sali del baño. No pasaron más de diez
minutos cuando escucho que me habla, para esto yo ya me había puesto otro
calzón color gris.
-
¿Me hablaste?
-
Si
-
Ayúdame por favor
Mi hijo ya estaba de pie nuevamente fui por un pequeño
banquito que uso para sentarme o sentar a Alondra cuando la baño para no
cansarme al estar mucho tiempo inclinada ante ella.
-
Siéntate para que no te canses.
-
Gracias.
Abrí la llave de la regadera para mojar su cuerpo y empecé a
ponerle champú a su cabello.
-
¿Entiendes que aun que perdoné lo que vi,
nuestra vida ya no será la misma?
-
Si, lo se y no quiero que sea la misma, le
pediré el divorcio a tu padre.
Después de esta advertencia hubo un silencio en el cual nos
dedicamos a asearle, le ayudé a vestirse, en cuanto hubo llegado mi esposo le
pedí habláramos, le planteé la razón por la cual nuestro hijo me había dejado
aquella noche, acepté la culpa que me correspondía.
-
Veo que me equivoque contigo, pensé que eras
el hombre que me protegería, que vería por mi y por mis hijos, hoy veo que por
ti ya me hubieran cogido cuantos hubieran querido y cuantas veces les hubiera
dado la gana, pero no te voy a dar ese gusto sé que no soy mujer para cualquier
pendejo así que adiós.
Esa misma noche mis hijos y yo nos fuimos a un hotel y
posteriormente rentamos un departamento. El día en el que firmamos el divorcio
mi ahora exesposo nos pidió disculpas por sus errores, pero no había marcha
atrás, le pidió a mi hijo cuidarnos como el no supo hacerlo.
En cuanto tuvimos las llaves del departamento le pedí
siguiera siendo mi respaldo como siempre había sido a lo que él me respondió
poniendo su mano en mi hombro derecho, al tercer día en el departamento sus
amigos lo visitaron aunque a él no le hiso gracia que ellos fueran estando yo y
su hermana en casa, pero si le alegro que le llevaran su guitarra, esto me dio
una idea, descargue la pista de una canción que me gustaba “te quiero, de
hombres G”.
Después de algunos meses le retiraron los yesos a mi hijo,
ese día para celebrar le pedí fuéramos los tres a comprar algunas cosas para
festejar el retiro de los yesos, así lo hicimos. Entre algunos ingredientes
para una cena especial también pase al área de lencería en donde mi hijo ya no
se inmuto como antes hacia a pesar de que durante el tiempo que llevábamos no
me había mostrado en ropa interior frente a el puesto que no quería dejarlo con
el calentón pues no se podía autosatisfacer. Aun que el vio la mayoría de las
cositas que me compre evite viera algunas otras.
Durante el camino de regreso a casa Jose me dejo claro que
entre las cosas que no cambiarían es que el seguiría yendo a las tocadas,
aunque también agrego que solo a dar el show, quisa una o dos cervezas y seria
todo “Tengo a dos hermosas nenas que cuidar”, asentí con la cabeza y solo le
pedí que se cuidara, al llegar a casa entre los dos preparamos los alimentos,
una vez estando listo y haber comido saque una botella de vino para brindar por
una buena vida juntos, después de este primer trago, me levante de mi silla y
me pose detrás de él.
-
Bueno mi amor, ahora que ya estas bien de
salud, tomas posesión del lugar que te corresponde como el responsable de la
familia, siempre has visto por los tres, en algunas ocasiones lo hacías hasta
por los cuatro por lo cual no te será difícil.
Una vez habiendo terminado de decir lo anterior entrelace
mis manos en su cuello y me agache a besar sus labios, el pareció no
sorprenderle el beso.
Después de un rato viendo televisión y de que Alondra
quedara dormida Jose la cargo y la llevo hasta la habitación en donde ella y yo
dormíamos, le pedí la dejara en el medio de la cama, después de esto me dio las
buenas noches, beso mis labios y se retiró a su habitación.
Apenas el había salido de la habitación y yo me apure a
desnudarme y ponerme un calzón limpio al igual que un corpiño y encima una bata.
Me dirigía la habitación de mi hijo el cual estaba a punto
de entrar a bañarse, sigilosamente me metí en su cama.
-
Hola
-
Hola, emm y ¿ahora?
-
Pues ahora esta también es mi cama.
-
¿y como esta eso o qué?
Me levanté de la cama y me dirigí a él.
-
Cuando aún estábamos en casa con tu padre te
dije que te amaba y ahora como responsable de la casa tú tienes que cuidar de
mí, como mujer y yo siempre quise un hombre fuerte que me supiera hacer su
mujer, así que ¿quieres el puesto? Además de que tu también necesitas a una
mujer que sepa ser hembra para ti y que mejor que yo para complacerte en lo que
desees.
-
Pues bienvenida a tu nueva cama.
Dejé caer la bata y al igual que el dirigí mi mirada a la
suya, ambos entramos bajo la ducha, estando ambos de frente empezó de
despojarme del corpiño y posteriormente poco a poco fue bajándome el
calzoncito, en segundos el agua mojo nuestros cuerpos, tomo el jabón y lo fue
untando por mi cuerpo mientras sus labios besaban mis hombros cuello y parte
superior de mi espalda, conforme el jabón iba bajando por enfrente de mí, sus
labios también lo hacían besando milímetro a milímetro por detrás hasta que su
mano enjabonada empezó a frotar los bellos púbicos y sus labios besaban,
mordían y lengüeteaban mis nalgas, una lengua lenta surco entre mis dos nalgas
haciéndome suspirar y la vez que inconscientemente me hiso elevar los talones e
ir parando las nalgas como si la lengua las jalara, en una segunda lamida entre
mis nalgas la lengua no paro hasta llegar a mi nuca, busque su boca con la mía
y mientras una mano amasaba mis tetas y nuestras lenguas reconocían nuestras
bocas otra mano de mi hijo acariciaba mi ingle sin llegar aun a mi vagina la
cual ya pedía ser estimulada, mis manos inexpertas no sabían que hacer así que
con una recorría el cuerpo de mi delirio y con otra acariciaba sin llegar a ser
masturbación a aquel manjar que quería devorar y anhelaba me penetrar asiéndome
suya, la cual deseaba me supiera dominar.
Por fin llegaba el momento en el que la mano de mi hijo
perdió timidez o levantaba el castigo a mi vagina y se decidió acariciar desde
la parte trasera de mi cuerpo, en movimientos rápidos sobaba la vulva, el ano y
mis nalgas.
Mi boca hambrienta solo se separaba de la boca de mi hijo
para dejar escapar gemidos de placer.
-
¡¡¡Soy tuya papi, haaaa, hazme tu mujer!!!
Con fuerzas mi hijo me tomo de la cintura y me empino
haciéndome recargar sobre la pared nuevamente paso su lengua entre mis langas y
cual gata pare más las nalgas.
-
Son para ti mi amor, comételas a lengüetazos
y así lo quieres ¡¡¡huuuumm!!!
El solo pensar que la hora de penetrarme había llegado me
puso a punto del orgasmo, pero solo me restregaba su verga entre mis nalgas, mi
vagina secreto una cantidad impresionante de jugos, la pared impedía me dejara
caer al piso.
-
Te necesito dentro de mi papi, mi conchita
esta muy caliente y te necesita a ti mi amor.
Con nuestros cuerpos húmedos me alza por las piernas dejando
mi abdomen sobre su hombro izquierdo y me deposita sobre su cama, jala de mis
pies para situarme a la orilla de su cama.
-
Ven papi.
Abro mis piernas para recibirle gustosa y hambrienta de
verga, ni yo misma me reconocía ni por la forma en la que tanto pedía me
penetrara ni por el estar tan cachonda, mi hijo sujeta firmemente sus manos en
mis piernas introduce el glande en mi entrada y empieza con arremetidas lentas
pero fuertes donde en cada momento estas se vuelven mas constantes hasta tomar
un ritmo rápido.
-
Papi me destrozas pero que rico se siente ummm
Mi mente quedo aturdida apenas pocos minutos de haber
empezado el vaivén, solo sentía placer y las arremetidas de mi hijo, mi cuerpo
se tensaba una y otra vez hasta que una sensación de estar suspendida y
pequeñas descargas me invadían.
Vi a mi hijo, saliéndose de mí y postrándose sobre la cama,
algo me decía, pero mis oídos no le escuchaban con claridad me tomo de la
cintura y me hiso cabalgarle solo miraba su rostro lleno de sudor y su cabello
le cubría parcialmente la frente y parte de los ojos, sentía como su verga
entraba y salía de mí, me parecía estar revotando encima de su verga.
Al día siguiente desperté entre sus brazos con una sensación
de plenitud total note tanta esperma entre mis piernas que no dude de un
embarazo pues aun que ya no soy una Jovencita sigo siendo muy fértil.
Desde aquella mañana no hay día que mi hijo no me haga
sentir hembra en celo, deseada y sobre todo me hace sentir hembra con dueño.
En ocasiones asisto con mi hija a los eventos de mi hijo los
cuales serán solo hasta terminar la universidad, de ahí en adelante se dedicará
solo a su profesión, en muchas ocasiones dormimos los tres juntos después de
hacerme su mujer claro.
Retome algunas amistades del pasado y aun que no saben de la
relación con mi hijo, me han insinuado que lo comprenderían por lo guapo,
responsable y hombre de familia que es y que si no fuera porque somos madre e
hijo dirían que hacemos una hermosa pareja.
Lo cierto es que lo somos…
Bella historia. Cuantas mas no estarán repitiéndose en otras partes. Muchas Gracias por compartirla.
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