Al día siguiente, al abrir los ojos vi los de mi madre, en su cara se dibujaba una gran sonrisa. - Buenos días mi amor - decía mientras acercaba sus labios a los míos. Primero fue un beso de labios, se separó un momento de mi y volvió a besarme esta vez de una manera muy apasionada, de una manera que jamás había visto, salvó una ocasión que llegue temprano de la escuela y encontré a papá y mamá besándose, en esta ocasión era la mujer mas sexy que había visto y yo, si eso fuera poco ella se encontraba desnuda, sus pechos, sus pezones los podía sentir en mi piel, sus piernas desnudas, incluso el vello de su pubis lo sentía cosquillear en mi verga semi erecta. - Que quieres de desayunar mi rey? Escuche bien su voz, pero mi cuerpo no reaccionaban, no supe si era por estar casi en un sueño o si era por la gran actividad sexual del día anterior. - Que se le antoja a mi rey? - volvió a preguntar. - Lo que tu quieras preparar, todo lo que cocinas es delicioso. - Gracias mi amor, bueno haber que se me ocurre. - Si. Mientras ella salia de la habitación, gire mi cuerpo para quedar boca arriba, no podía salir de mi impresión, sabia que tenia que salir de la habitación, afrontar las virtudes y consecuencias de nuestros actos, aun mas tenia que enterarme de lo prepararía el futuro para ambos. Después de hacer varios estiramientos para regresar a consciencia me levante, mientras me vestía escuche su vos diciendo, "cariño baja, ya esta el desayuno". Había un par de platos con diez, quizá mas hotcakes, encima de ellos dulce de leche de cabra, dos raciones de fruta picada, a lado había una taza de leche natural con café. - Te gusta lo que te prepare? cariño. - Por su puesto que sí - afirme sorprendido. Aun que no sabia como llamarle, ma? mami? amor? u otro apelativo cariñoso. - Pues sientate y disfruta de tu desayuno que te lo prepare con mucho amor. Nos sentamos uno al frente del otro y comenzamos a comer, apenas terminamos, nos levantamos al mismo tiempo con intenciones de levantar los trastes. - No cariño, deja ahí, ahorita yo recojo. No objete ante su disposición. - Mejor ve acomodando la sala para que veamos alguna película, te parece? - Si, me agrada la idea. Mientras ella se dedicaba a su labor yo fui por una manta y acomodo los cojines del sillón central de la sala. Después de varios minutos llego a donde yo, me senté, ella se recostó y hecho la cabeza en mis piernas, escogió la película y le puso reproducir. - Cariño, mas tarde me acompañas al pueblo, quiero ver algún local para poner algún negoció, que te parece? - Muy bien y que cosa piensas vender? - He pensado mayormente en ropa. Acenti con la cabeza. Continuamos viendo la película. En un momento sentí como empezó a mover la cabeza acomodándose mejor, sus movimientos estimularon a mi verga, la cual se puso dura, ella siguió moviendo la cabeza de manera que su cara tocaba mi duro pene, solo la ropa se interponía entre los dos. - Que rico huele por aquí - le escuche decir. Los nervios me hicieron quedar en silencio, ella beso sobre el pantalón, volteo a verme con una sonrisa, yo solo correspondí con otra sonrisa y continuamos viendo la película. Al terminar nuevamente ella volvió a girar la cara hacia mi aun dura verga. - Que rico olor a macho. Yo nuevamente me quede en silenció. - Pasa algo cariño? - pregunto mientras giraba la cara hacia mi. - No. nada por que? - Es que te estas quedando callado. Sabia que todo lo que estaba ocurriendo era tal vez causa de haber logrado lo que le había propuesto desde un principio pero ahora me atemorizaba y no tenia el valor de decírselo. Vi como se incorporaba y se sentaba a mi lado. - Haber creo que habíamos hablado antes de venirnos para acá y quedamos en que nos tendríamos confianza, no? Ahora dime que pasa, te preocupa algo? - No, no es nada. - Seguro? - Si, seguro. - Entonces vamos al pueblo a ver si hay algún local que podamos comprar o rentar - mientras me explicaba acerco sus labios a los mios para besarlos, pero me tomo con los labios cerrados. Me quedo mirando. - Creo que tenemos que hablar verdad? Se quedo en silencio unos momentos. -Te había contado que Sonia, me sugirió que mi depresión se debía a la falta de sexo, primero que nada por la muerte de tu padre y persistió por la falta de actividad sexual... Y la verdad es que sí, necesitaba que alguien me diera verga, por eso mi razón no puso mucha resistencia cuando mi amiga me presento a, su amigo, pero como sabes, con el no paso mas que unos besos, lo mismo que con el primo de tu papá o con don Manuel. Volvió a quedar en silencio por unos momentos. - Te tengo que confesar algo que quizá ya sabes y esto es que, soy muy caliente, necesito de alguien que me monte, que me pise, que me tenga llene de verga, - mientras continuaba hablando llevo sus manos a su entrepierna haciendo una suave presión - Seguramente escuchaste a don Manuel decir que yo estaba en celo, pues si, tengo mucho libido, necesito que me den mucho sexo, a pesar de esto, nunca le fui infiel a tu padre, creo que tuve la fortuna de encontrarme a un hombre que me tuvo bien atendida en ese aspecto. Hoy, gracias a las veces que me has montado me siento bien y creo que lo puedes notar - mientras decía esta frase me sonrió coquetamente y era la misma sonrisa que le había conocido de siempre. - He visto en ti al hombre que necesito en mi cama y es que ademas de que me encanta la forma en la que me montas tambien te amo y me enloquece el morbo de ser montada por ti, de saber que es la verga de mi hijo la que me gemir como puta... Entonces que dices, quieres ser mi macho? No lo pense mucho, solo me vasto con verla, ella era la tipica mujer que todos quisieran cogerse y creó que don Manuel, el primo de papá, aquel psicoterapeuta, el repartidor de alimento para animeles lo sabian y me lo hacian saber, haci como muchas otras personas que quedaban viendo a mi madre cada que ella cruzaba en sus miradas, el hecho de saber que ella efectivamente, andaba en celo, me hacian abandonar todo pensamiento de que buscara con quien iniciar una relación, ella era una hembra con una vulva perfecta deceosa de comer verga, y yo, su hijo, un hombre con el sufisiente libido y energia para darle lo que ella tanto quería, ella no seria la puta de cualquiera, ella no seria la perra de quien se cruzara en su camino, ella era, mi! madre y a mi tambien me paraba la verga con solo verla, asi que si ella necesitaba y queria que la montaran ese seria yo. - Si - conteste con total seguridad. - Gracias mi amor, entonces apartir de hoy seras el macho de mamá. Lentamente hacerco sus labios a los mios, el primer contacto fue de nustras lenguas humedas, se acariciaba una a la otra, nuestros lavios fueron al encunetro, solo se escuchaban nuestras respiraciones, el chisquido de nustras bocas, la saliva, no era un beso de madre e hijo pero tampoco el de amantes, ese beso era con un amor profundo homogeneo con pasión. - Bueno, pues vamos al pueblo - dijo al separarnos. - Si. Pasamos al corral de los pollos para hecharles de comer y nos pusimos en marcha al pueblo. Al llegar al centro nos estacionamos serca de la plaza, bajamos del auto, me percate que muchos nos veian, quiza la extrañesa dever gente nueva en el pueblo, quiza por lo buena que se miraba mi madre quien vestia unos jeans ajustados, una botas que llebaban a centímetros de sus rodillas, una blusa blanca qie dejaba se trasluvieran los detalles de encaje del bracier, ademas de que un tanto de piel de sus jugosas tetas eran bisibles a simple vista. Empezamos a mirar a nuestro al rededor para encontrar el mujor punto comercial, para buscar el local. No tardamos mucho en encontrar un local mediano con el anunció de "se renta". El anunció tenia un numero y el avisó, " informes al lado ". Decidimos indagar haci que nos dirigimos al local de a lado, una tienda de abarrotes atendido por una señora y una niña. El local estaba disponible, asi que regresamos a cada, mi madre inmediatamente se puso a planear que ropa vender según el estilo con el que vestían todos o la mayoría, días de abastecimiento, la labor de plantación era un poco estresante así que decidimos estrenar la piscina, nos recostamos en un par de camastros a la orilla. Después de un par de horas terminamos nuestra planeasion, incluida la investigación de algún proveedor. Estábamos besándonos cuando se escucha el timbre de la puerta que da a la calle, desde donde se veía hacia a dentro de la casa y a su vez de adentro hacia a fuera, fui a ver que se ofrecía pues era un hombre de unos 40 - 45 años. - Buenas tardes patrón - dijo en forma de saludo. - Buenas tardes. - Soy Sebastian, disculpe me dijeron que acaban de llegar a vivir al rancho y quise venir a preguntar si me pueden dar trabajo, yo hago de lo que sea y tengo mucha experiencia cuidando animales y trabajando en la milpa. Sin duda la llegada de este hombre caía perfecto a nuestros planes, pues con mi madre en su tienda y yo con planes de seguir en el negocio de la post producción fotográfica, ambos quedábamos sin tiempo para los deberes en el rancho. - Claro que si. Lo hice pasar a la casa y lo lleve al pequeño despacho, en el camino, no perdió oportunidad de mirar a la hermosa mujer en bikini que estaba en la piscina. Le plantee la futura compra de ganado y algunos temas propios de trabajo rural, el tipo acepto añadí que necesitaríamos a una mujer que se encargara del aseo de la casa hací como cuestiones de cocina, antes de marcharse le pregunte si sabia de alguien de la región que vendiera reses a lo que me aconsejo ir a una hacienda a diez kilómetros de nuestro rancho. Agradeciendo por su nuevo empleo, el señor se retiró, nuevamente no perdió oportunidad para voltear hacia la piscina y ver a mi madre en bikini. Me dirigí hacia ella y le comente lo platicado con aquel hombre. - Y cuando piensas ir a ver la hacienda que te comento? - Estaba pensando en ir por la tarde para aprovechar todo el día de hoy. - Te parece si preparo algo rápido para comer y vamos? - Si. Apenas terminamos de comer y salimos hacia la hacienda, lo primero con lo que nos encontramos fue un portón a doscientos metros antes de la casa grande, este de un diseño hermoso, el terreno que suponía era parte de la propiedad parecía inmensas y esta estaba cercada con malla ciclónica. Tocamos la puerta principal, en poco tiempo llegó un par de señores a caballo preguntando que se nos ofrecía a lo que les comenté nuestro propósito. Amablemente nos mencionaron que, si vendían ganado para pequeños ganaderos, nos guiaron a sus establos para ver las reces, en el trayecto algo, o más bien alguien llamo mi atención, una chica de aproximadamente 18 años la cuál se paseaba en el lomo de una llegué blanca, muy hermosa a la vista. Esta chica llamo mucho mi atención pues su blusa a cuadros dejaba notar muy bien un par de tetas de muy buena talla, sus vaqueros daban cuenta que tenía muslos gruesos, de aquellos que no puedes dejar de admirar, sus nalgas, las mismas que la llegué tenía a sus espaldas eran notorias apesar de que ella estaba de costado. El dueño de la hacienda nos atendió, era un hombre que se notaba muy amable, el pedido de diez cabezas de ganado culminó en el acuerdo de ser entregadas al día siguiente, además de unos tragos de tequila pues de ambas partes aviamos caído en buen agrado. Apenas había empezado a obscurecer cuando nos dirigimos a casa, la carne asada que nos ofrecieron había llenado nuestros estómagos, así que arribando al rancho nos dirigimos al pequeño despacho, hacíamos cuentas sobre el coste total del ganado que habíamos de comprar. - Ya me voy a la cama, amor, no tardes mucho. Me límite a asentir con la cabeza, abre demorado quince minutos más cuando me dirigi hacia la habitación. Apenas abrí la puerta cuando veo a mi madre acostada en la cama, vestía un brasier de encaje blanco, una pequeña tanga del mismo material cubría su sexo aún que solo su vulva era sutilmente cubierta, en su cintura había un porta ligas que llegaba a sus piernas las cuales eran rodeadas de una delgada liga de encaje. Mi mente no pensaba claramente era lo más erótico que había presenciado y esa mujer era mi madre. - Ya que en la mañana te dije que partir de hoy sería tu mujer, toma esta noche como si fuera nuestra luna de miel. - Estás hermosa. - Te gusta el modelito? - Me encanta y en ti se ve muy excitante. - Bueno ven y tómame mi amor. No hubo necesidad de repetirlo, inmediatamente fui hacia ella. Mi madre de rodillas, sobre la cama esperaba por mi, apenas llegué frente a ella, la sugete por la cintura, mis labios buscaron los de ella, sus manos se entrelazaron tras de mi cuello, mis manos empezaron a descubrir su espalda, su torso, sus nalgas, sus piernas, ya había hecho un mapa mental del tacto de mis manos, en cuanto sus labios se separaron de los míos, me apeteció saborear su cuello y hacia lo hice, empecé a besar con ternura, con pasión, de la boca de ella ya se escapaban pequeños gemidos. - Te amo José... Sentí como mi ropa empezaba a ser jalada suavemente, en poco tiempo ya estaba desnudo y los pechos de mi madre se asomaban por encima del brasier, mi lengua masajeaba el pequeño pezón derecho mientras mis manos hacian precion en su nalgas una y otra vez, mi madre con ambas manos jalaba levemente mi cabello. - hmmmm... haaammm... Con delicadeza la fui acostando en la cama, separo las piernas y yo me aloje entre ellas, era perfecta a mi vista, y solo quedaba un lugar cubierto por tela, aún que esto no duró mucho pues me agache para tomar su tanga, solté el porta ligas de estás y jale la prenda hasta sacarla de sus pies. - ven aquí - dijo tomándome del pelo. Me dirijo hasta su sexo donde empecé a lamer lentamente pero con fuerza, mi lengua surcaba entre sus labios vaginales, acariciando el clítoris, con ambas piernas empeso a hacer presion en mi cabeza, yo solo escuchaba sus gemidos, derrepente un torrente de jugos entro a mi boca semiabierta, con labios y lengua me comía toda su vulva. Apenas dejó de temblar a causa de su orgasmo cuando me subí hasta poner mi verga a la altura de su vulva, la pasión ya no me dejaba enterar de mucho solo supe que tenía que metérsela y embestir, no tarde mucho en hacerlo pues ella con ambas piernas me jalo haciendo que mi pene entrará en su vagina de una sola estocada, sus paredes vaginales apretaban de una manera deliciosa. Comencé el vaivén mientras nuestros labios se volvían a unir. - Que delicioso mi amor, que rico me das. En verdad me sorprendía lo mucho que había cambiado mi relación con mi madre, el haber pasado de verla como una mujer que solo sabía ser madre y esposa cariñosa a una mujer deceosa de sexo, recordaba que hasta hacia poco le había pedido que no tuviera novio, pues me hacía sentir mal verla con alguien que no fuera mi padre y ahora era yo quien figuraba entre sus piernas, era mi verga la que entraba en la vagina que muchos deseaban poseer, era mi boca la que mamaba sus tetas, las mismas que muchos miraban lasibamente cuando sus escotes permitían la vista. Después de varios minutos cogiéndola me corrí en abundantes chorros de semen dentro de su vagina, apenas terminaba de chorrearme. - Permíteme te limpio eso mi amor. Dirigió su boca a mi verga y empezó a mamar hasta que quedó limpio y nuevamente parado. - Montame amor - mientras pedía deseosa, se ponía en cuatro patas dejando sus nalgas en lo alto. No la hice esperar, tome con ambas manos su cintura, coloque la planta de mis pies a lado de sus rodillas, coloque mi verga en la entrada de su vagina y de una estocada la entroduje en su húmedo augero. - Hummm, que rico. - Te gusta? - Claro que sí mi amor, me encanta como me montas. Mi cintura iba de atrás a adelante, metiendo y sacando la verga de lo más íntimo ella. - haaaa, haaaa, haaaaaa, haaaaammm. En uno de sus orgasmos sus piernas no pudieron seguir sosteniéndola, apoye las rodillas en sus costados y subiendo las nalgas volví a embestir, solo escuchando el chapoteo de sus jugos vaginales, el choque de sus nalgas con mis hinglés, así estuvimos hasta que nuevamente me basee dentro de ella. Apenas baje mi cuerpo del de mi madre, nos acostamos y ella busco acurrucarse frente a mi, tomo mi mano y la puso sobre su teta derecha. - Gracias amor. - De que má? - Desde la perdida de tu padre me has apoyado en todo, gracias a ti salí de esa espantosa depresión y ahora que me hagas tan feliz en la cama... Mientras seguíamos platicando de diversos temas la penetre por el culo en un vaivén lento. Quedamos dormidos, al día siguiente, con ayuda de Sebastián iniciamos el trabajo para acondicionar el establo para los animales que llegarían por la tarde. A las 7:00 de la tarde llegó un par de camionetas con un par de vacas y entre ellos un wey al que pensé no volvería a ver, a don Manuel, así es, ahí estaba aquel señor que había tratado de llevarse a la cama a mi madre, por supuesto lo enfrente dándome a enterar que trabajaba en la hacienda, Martín el encargado de llevar a los animales a mi rancho me explico que recién lo contrataron ese día. En cuanto Sebastián y el personal de la hacienda se marcharon me dirigi a la hacienda para advertir al dueño de la clase de persona que había contratado. Apenas llegué me pidieron entrar al despacho de Juan, el dueño, estaba sentado y frente a el la chica que el día anterior había llamado mi atención. - Buenas tardes José, todo bien con el par de vacas que te llevo Martín? - Si, todo bien, gracias. - Mira te presento a mi hija, Miriam. La Chica amablemente se puso de pie y estrechamos nuestras manos, ella vestía unas botas altas, pantalón vaquero ajustado, y una blusa a cuadros color fiusha, el cuál dejaba apreciar un brasier, violeta. - A que debo tu visita José. Empecé a contar lo sucedido con Manuel. - Entiendo, aún que no lo puedo correr por qué necesito que me ayude con varias cosas de la hacienda, pero le tendré el ojo puesto, sobre todo por la seguridad de mi hija, mira que tratar de abusar de una mujer... Nuevamente regresé a casa, pasaron varios días, en las que todo fue relativamente normal, mi madre hizo arreglos al local que sería su tienda, Sebastián atendía a los animales y de don Manuel solo sabíamos que había llegado al pueblo y que el señor Juan lo tenía trabajando haceando caballos. Mi madre y yo fuimos a la ciudad para habastecer la tienda que abriría a principios de septiembre, el día de la apertura mucha gente fue a ver las novedades entre ellos Miriam quien después de hacer sus compras me ofrecí a ayudarle a llevar sus bolsas hasta su auto ya que eran varias. - Y tienes novia José? - fue una de las preguntas que me hizo, aparentemente para conocernos, pies bien su padre y yo nos llevábamos de lo mejor en mi caso aprendía de él, el llevar la administración de un rancho. - No, con lo del rancho, mi negocio y ayudar a mi madre en su tienda no me da mucho tiempo... y tú, tienes novio? - No, aquí, no hay mucho para encontrar a un buen partido, o por lo menos alguien para hacer amistad... bueno no lo había... De esta manera Miriam y yo empezamos a estrechar lazos de amistad y su padre lo veía con buenos ojos, no así los demás chicos del pueblo quienes demostraban su coraje y envidia, en muchas ocasiones salíamos a cabalgar juntos, mi madre también veía con buenos ojos que yo saliera a "distraerme". Una noche después de hacerle el amor, me hizo una pregunta que me dejó helado. - Te gusta Miriam? - Pues está guapa u es linda persona. - Te gusta, como para montarla? se ve que es muy buena hembra. No conteste, temía que le molestará mi respuesta la cuál era afirmativa, Miriam tenía un par de nalgas que invitaba a acariciarlas, sus senos alimentarían muy bien, las tenia redondas y de buen tamaño. - Sabes he pensado en qué necesitas tener hijos y a la gente se le aria raro que no tengas novia, por eso te pregunto si te gusta la chica, me gusta para ti. - Y no te pondrías celosa si digo que si. - No para nada, se que tú eres mi hijo y siempre me amarás no es así. - Claro que siempre te amare. - Entonces, te gustaría que la niña sea tu esposa, me he dado cuenta que a ella también le gustas... hasta parece borreguito cuando te ve. - Y que abría de ti? - Bueno eso es algo que tendríamos que pensar por qué, me tienes que seguir montando hee... Lo que mi madre me proponía era una locura... una excitante el locura. Conforme fueron pasando los días mi relación con Miriam fue haciéndose más estrecha, en ocasiones en me decía frases como. - te invito a comer algo que hizo mi mamá. - que? - a mí. Estás frases variadas me confirmaban lo que mi madre me había dicho. Llegando el día 15 de septiembre, como muchos sabrán en México se hace un evento llamado "el gritó", por celebración al día de la independencia nacional, pues mi madre decidió que pasaría el evento con algunas señoras dándome oportunidad de pasear con Miriam, en un principio estuvimos con el señor Juan. - Se me antojaron unos esquites - dijo en un momento dado. - Vallan a comprar - dijo el padre de Miriam. Nos encaminamos en busca de un puesto, en el trayecto vi algo que jamás creí ver, era don Manuel de la mano de uno de los empleados de la hacienda, creí por un momento que era un error de mi visión, una coincidencia de las manos de ambos hombres, que habían chocado en un evento que aparentaba la situación, así que seguí nuestro camino. Apenas compramos el vaso con esquites y la chica me pidió ir a la hacienda para ver a una yegua que estaba en preñez. - Vamos caminando - dijo, añadiendo - sirve que nos conocemos más. Realmente a mí se me hizo raro su argumento, pero el ir por el auto de su padre no me parecía buena idea y el de mi madre ella lo podría ocupar. en el trayecto íbamos platicando trivialidades, hasta que ambos resbalamos quedando sucios de lodo, caminamos un kilómetro más hasta llegar a su casa, al llegar a las caballerizas empezamos a escuchar gemidos masculinos, sin miramientos nos acercamos hasta que en nuestras vistas aparecieron de frente don Manuel siendo montado por uno de los trabajadores de la hacienda, no podía creer lo que veía y realmente no me apetecía seguir mirando así que tome la mano de Miriam y la jale para marcharnos del lugar. Aún que trataba de abandonar los pensamientos de lo que acababa de ver me era imposible, don Manuel era el típico macho de campo, y el haberle visto siendo sometido por otro hombre me era inimaginable y más por ser en el ámbito sexual. - Te quieres bañar - preguntó Miriam sacándome de mis pensamientos. - Si - conteste. Preparo el baño y me metí a la ducha solo pensando en lo que ropa me pondría después de asearme, esto no lo hice antes ya que si bien no era al propósito, lo acontecido anteriormente no era para nada esperado por mí o por alguien que conociera a aquel hombre. apenas caían las primeras gotas de agua sobre mi cuerpo cuando veo a Miriam entrar al baño, era simplemente espectacular, un par de tetas como manzanas, un vientre plano, sus piernas estilizadas y su pubis con poco vello, su monte de Venus era prominente, muy estético invitaba a acariciarlo, a besarlo. - Te gusta lo que vez? - ho... claro que sí. se acercó a mí y sin tiempo de nada me besó mientras acariciaba lo largo de mi verga, el agua caía en nuestros cuerpos humedeciéndonos, no espere a nada, inmediatamente me agaché, tome su pierna derecha y la coloque sobre mi hombro, a mi vista quedo su vulva, limpia, suave, virgen. Recargándose a la pared, la tome de la cintura mientras mi lengua buscaba el orificio por dónde emanaban sus jugos, sus manos entre mis cabellos me indicaban que le gustaba lo que le hacía, un leve gemido se le escapó de entre los labios, su primer orgasmo fue evidente cuando sus piernas ya no la pudieron sostener, prácticamente sentada en el piso la penetré, tardo un par de segundos para que su virginidad corriera en pequeños hilos rojos. Su rostro expreso pasión, una sonrisa, sus ojos cerrados y el agua cayéndole en la frente. Sus pechos no podían ser olvidados en ese momento, tome sus pezones entre mis labios, succionando, lamiendo y chupando mientras mi verga entraba una y otra vez en ella. Después de varios minutos terminé dentro de ella, continuamos hacheándonos hasta que ella tomo jabón para limpiar mi verga masturbándome, después de unos segundos hecho el culo hacia mi, mis instintos me hicieron tomarla de la cintura y aunado a esto, su mano dirigió el glande a su vulva haciendo que la penetrara, estuvimos en la misma posición hasta que estallamos juntos en un orgasmo que escurrió entre sus piernas, al ir saliendo de la regadera suena mi teléfono, mientras yo atendía Miriam con total naturalidad se subía una linda tanga blanca por las piernas hasta cubrir su sexo. Mi madre se había sentido mal y era llenada al centro médico del pueblo. Pasaron algunas semanas en las que nuestra relación se formalizó al punto que ella se fue a vivir al rancho. El primer día fue bastante normal, mi madre se abstuvo de ser montada, mientras que a Miriam ya se le empezaba a notársele una leve pansa creciente, mi madre con un mes y medio de preñes. A la semana, estábamos cogiendo Miriam y yo, mientras la tenía montada me dice. - Mi suegra ya me contó lo de ustedes! - No entendí a qué se refería puesto que entre ella y yo habíamos acordado mantener en secreto nuestra relación. - A que te refieres. - En que tú eres su macho. Con la verga aún adentro de ella me quedé inmóvil. - No te preocupes, yo la entiendo. Después me contó que su tío se cogía a su madre pues su padre era adicto al trabajó y su madre zorreaba con los peleados esto, hasta la visita de su hermano quien en poco tiempo se convirtió en su amante, Miriam a los 15 años los encontró en plena copulación, la madre le explicó sus necesidades sexuales los cuales su padre no cubría y ella tenia que buscar a un macho que la montara.
Al día siguiente, al abrir los ojos vi los de mi madre, en su cara se dibujaba una gran sonrisa. - Buenos días mi amor - decía mientras acercaba sus labios a los míos. Primero fue un beso de labios, se separó un momento de mi y volvió a besarme esta vez de una manera muy apasionada, de una manera que jamás había visto, salvó una ocasión que llegue temprano de la escuela y encontré a papá y mamá besándose, en esta ocasión era la mujer mas sexy que había visto y yo, si eso fuera poco ella se encontraba desnuda, sus pechos, sus pezones los podía sentir en mi piel, sus piernas desnudas, incluso el vello de su pubis lo sentía cosquillear en mi verga semi erecta. - Que quieres de desayunar mi rey? Escuche bien su voz, pero mi cuerpo no reaccionaban, no supe si era por estar casi en un sueño o si era por la gran actividad sexual del día anterior. - Que se le antoja a mi rey? - volvió a preguntar. - Lo que tu quieras preparar, todo lo que cocinas es delicioso. - Gracias mi amor, bueno haber que se me ocurre. - Si. Mientras ella salia de la habitación, gire mi cuerpo para quedar boca arriba, no podía salir de mi impresión, sabia que tenia que salir de la habitación, afrontar las virtudes y consecuencias de nuestros actos, aun mas tenia que enterarme de lo prepararía el futuro para ambos. Después de hacer varios estiramientos para regresar a consciencia me levante, mientras me vestía escuche su vos diciendo, "cariño baja, ya esta el desayuno". Había un par de platos con diez, quizá mas hotcakes, encima de ellos dulce de leche de cabra, dos raciones de fruta picada, a lado había una taza de leche natural con café. - Te gusta lo que te prepare? cariño. - Por su puesto que sí - afirme sorprendido. Aun que no sabia como llamarle, ma? mami? amor? u otro apelativo cariñoso. - Pues sientate y disfruta de tu desayuno que te lo prepare con mucho amor. Nos sentamos uno al frente del otro y comenzamos a comer, apenas terminamos, nos levantamos al mismo tiempo con intenciones de levantar los trastes. - No cariño, deja ahí, ahorita yo recojo. No objete ante su disposición. - Mejor ve acomodando la sala para que veamos alguna película, te parece? - Si, me agrada la idea. Mientras ella se dedicaba a su labor yo fui por una manta y acomodo los cojines del sillón central de la sala. Después de varios minutos llego a donde yo, me senté, ella se recostó y hecho la cabeza en mis piernas, escogió la película y le puso reproducir. - Cariño, mas tarde me acompañas al pueblo, quiero ver algún local para poner algún negoció, que te parece? - Muy bien y que cosa piensas vender? - He pensado mayormente en ropa. Acenti con la cabeza. Continuamos viendo la película. En un momento sentí como empezó a mover la cabeza acomodándose mejor, sus movimientos estimularon a mi verga, la cual se puso dura, ella siguió moviendo la cabeza de manera que su cara tocaba mi duro pene, solo la ropa se interponía entre los dos. - Que rico huele por aquí - le escuche decir. Los nervios me hicieron quedar en silencio, ella beso sobre el pantalón, volteo a verme con una sonrisa, yo solo correspondí con otra sonrisa y continuamos viendo la película. Al terminar nuevamente ella volvió a girar la cara hacia mi aun dura verga. - Que rico olor a macho. Yo nuevamente me quede en silenció. - Pasa algo cariño? - pregunto mientras giraba la cara hacia mi. - No. nada por que? - Es que te estas quedando callado. Sabia que todo lo que estaba ocurriendo era tal vez causa de haber logrado lo que le había propuesto desde un principio pero ahora me atemorizaba y no tenia el valor de decírselo. Vi como se incorporaba y se sentaba a mi lado. - Haber creo que habíamos hablado antes de venirnos para acá y quedamos en que nos tendríamos confianza, no? Ahora dime que pasa, te preocupa algo? - No, no es nada. - Seguro? - Si, seguro. - Entonces vamos al pueblo a ver si hay algún local que podamos comprar o rentar - mientras me explicaba acerco sus labios a los mios para besarlos, pero me tomo con los labios cerrados. Me quedo mirando. - Creo que tenemos que hablar verdad? Se quedo en silencio unos momentos. -Te había contado que Sonia, me sugirió que mi depresión se debía a la falta de sexo, primero que nada por la muerte de tu padre y persistió por la falta de actividad sexual... Y la verdad es que sí, necesitaba que alguien me diera verga, por eso mi razón no puso mucha resistencia cuando mi amiga me presento a, su amigo, pero como sabes, con el no paso mas que unos besos, lo mismo que con el primo de tu papá o con don Manuel. Volvió a quedar en silencio por unos momentos. - Te tengo que confesar algo que quizá ya sabes y esto es que, soy muy caliente, necesito de alguien que me monte, que me pise, que me tenga llene de verga, - mientras continuaba hablando llevo sus manos a su entrepierna haciendo una suave presión - Seguramente escuchaste a don Manuel decir que yo estaba en celo, pues si, tengo mucho libido, necesito que me den mucho sexo, a pesar de esto, nunca le fui infiel a tu padre, creo que tuve la fortuna de encontrarme a un hombre que me tuvo bien atendida en ese aspecto. Hoy, gracias a las veces que me has montado me siento bien y creo que lo puedes notar - mientras decía esta frase me sonrió coquetamente y era la misma sonrisa que le había conocido de siempre. - He visto en ti al hombre que necesito en mi cama y es que ademas de que me encanta la forma en la que me montas tambien te amo y me enloquece el morbo de ser montada por ti, de saber que es la verga de mi hijo la que me gemir como puta... Entonces que dices, quieres ser mi macho? No lo pense mucho, solo me vasto con verla, ella era la tipica mujer que todos quisieran cogerse y creó que don Manuel, el primo de papá, aquel psicoterapeuta, el repartidor de alimento para animeles lo sabian y me lo hacian saber, haci como muchas otras personas que quedaban viendo a mi madre cada que ella cruzaba en sus miradas, el hecho de saber que ella efectivamente, andaba en celo, me hacian abandonar todo pensamiento de que buscara con quien iniciar una relación, ella era una hembra con una vulva perfecta deceosa de comer verga, y yo, su hijo, un hombre con el sufisiente libido y energia para darle lo que ella tanto quería, ella no seria la puta de cualquiera, ella no seria la perra de quien se cruzara en su camino, ella era, mi! madre y a mi tambien me paraba la verga con solo verla, asi que si ella necesitaba y queria que la montaran ese seria yo. - Si - conteste con total seguridad. - Gracias mi amor, entonces apartir de hoy seras el macho de mamá. Lentamente hacerco sus labios a los mios, el primer contacto fue de nustras lenguas humedas, se acariciaba una a la otra, nuestros lavios fueron al encunetro, solo se escuchaban nuestras respiraciones, el chisquido de nustras bocas, la saliva, no era un beso de madre e hijo pero tampoco el de amantes, ese beso era con un amor profundo homogeneo con pasión. - Bueno, pues vamos al pueblo - dijo al separarnos. - Si. Pasamos al corral de los pollos para hecharles de comer y nos pusimos en marcha al pueblo. Al llegar al centro nos estacionamos serca de la plaza, bajamos del auto, me percate que muchos nos veian, quiza la extrañesa dever gente nueva en el pueblo, quiza por lo buena que se miraba mi madre quien vestia unos jeans ajustados, una botas que llebaban a centímetros de sus rodillas, una blusa blanca qie dejaba se trasluvieran los detalles de encaje del bracier, ademas de que un tanto de piel de sus jugosas tetas eran bisibles a simple vista. Empezamos a mirar a nuestro al rededor para encontrar el mujor punto comercial, para buscar el local. No tardamos mucho en encontrar un local mediano con el anunció de "se renta". El anunció tenia un numero y el avisó, " informes al lado ". Decidimos indagar haci que nos dirigimos al local de a lado, una tienda de abarrotes atendido por una señora y una niña. El local estaba disponible, asi que regresamos a cada, mi madre inmediatamente se puso a planear que ropa vender según el estilo con el que vestían todos o la mayoría, días de abastecimiento, la labor de plantación era un poco estresante así que decidimos estrenar la piscina, nos recostamos en un par de camastros a la orilla. Después de un par de horas terminamos nuestra planeasion, incluida la investigación de algún proveedor. Estábamos besándonos cuando se escucha el timbre de la puerta que da a la calle, desde donde se veía hacia a dentro de la casa y a su vez de adentro hacia a fuera, fui a ver que se ofrecía pues era un hombre de unos 40 - 45 años. - Buenas tardes patrón - dijo en forma de saludo. - Buenas tardes. - Soy Sebastian, disculpe me dijeron que acaban de llegar a vivir al rancho y quise venir a preguntar si me pueden dar trabajo, yo hago de lo que sea y tengo mucha experiencia cuidando animales y trabajando en la milpa. Sin duda la llegada de este hombre caía perfecto a nuestros planes, pues con mi madre en su tienda y yo con planes de seguir en el negocio de la post producción fotográfica, ambos quedábamos sin tiempo para los deberes en el rancho. - Claro que si. Lo hice pasar a la casa y lo lleve al pequeño despacho, en el camino, no perdió oportunidad de mirar a la hermosa mujer en bikini que estaba en la piscina. Le plantee la futura compra de ganado y algunos temas propios de trabajo rural, el tipo acepto añadí que necesitaríamos a una mujer que se encargara del aseo de la casa hací como cuestiones de cocina, antes de marcharse le pregunte si sabia de alguien de la región que vendiera reses a lo que me aconsejo ir a una hacienda a diez kilómetros de nuestro rancho. Agradeciendo por su nuevo empleo, el señor se retiró, nuevamente no perdió oportunidad para voltear hacia la piscina y ver a mi madre en bikini. Me dirigí hacia ella y le comente lo platicado con aquel hombre. - Y cuando piensas ir a ver la hacienda que te comento? - Estaba pensando en ir por la tarde para aprovechar todo el día de hoy. - Te parece si preparo algo rápido para comer y vamos? - Si. Apenas terminamos de comer y salimos hacia la hacienda, lo primero con lo que nos encontramos fue un portón a doscientos metros antes de la casa grande, este de un diseño hermoso, el terreno que suponía era parte de la propiedad parecía inmensas y esta estaba cercada con malla ciclónica. Tocamos la puerta principal, en poco tiempo llegó un par de señores a caballo preguntando que se nos ofrecía a lo que les comenté nuestro propósito. Amablemente nos mencionaron que, si vendían ganado para pequeños ganaderos, nos guiaron a sus establos para ver las reces, en el trayecto algo, o más bien alguien llamo mi atención, una chica de aproximadamente 18 años la cuál se paseaba en el lomo de una llegué blanca, muy hermosa a la vista. Esta chica llamo mucho mi atención pues su blusa a cuadros dejaba notar muy bien un par de tetas de muy buena talla, sus vaqueros daban cuenta que tenía muslos gruesos, de aquellos que no puedes dejar de admirar, sus nalgas, las mismas que la llegué tenía a sus espaldas eran notorias apesar de que ella estaba de costado. El dueño de la hacienda nos atendió, era un hombre que se notaba muy amable, el pedido de diez cabezas de ganado culminó en el acuerdo de ser entregadas al día siguiente, además de unos tragos de tequila pues de ambas partes aviamos caído en buen agrado. Apenas había empezado a obscurecer cuando nos dirigimos a casa, la carne asada que nos ofrecieron había llenado nuestros estómagos, así que arribando al rancho nos dirigimos al pequeño despacho, hacíamos cuentas sobre el coste total del ganado que habíamos de comprar. - Ya me voy a la cama, amor, no tardes mucho. Me límite a asentir con la cabeza, abre demorado quince minutos más cuando me dirigi hacia la habitación. Apenas abrí la puerta cuando veo a mi madre acostada en la cama, vestía un brasier de encaje blanco, una pequeña tanga del mismo material cubría su sexo aún que solo su vulva era sutilmente cubierta, en su cintura había un porta ligas que llegaba a sus piernas las cuales eran rodeadas de una delgada liga de encaje. Mi mente no pensaba claramente era lo más erótico que había presenciado y esa mujer era mi madre. - Ya que en la mañana te dije que partir de hoy sería tu mujer, toma esta noche como si fuera nuestra luna de miel. - Estás hermosa. - Te gusta el modelito? - Me encanta y en ti se ve muy excitante. - Bueno ven y tómame mi amor. No hubo necesidad de repetirlo, inmediatamente fui hacia ella. Mi madre de rodillas, sobre la cama esperaba por mi, apenas llegué frente a ella, la sugete por la cintura, mis labios buscaron los de ella, sus manos se entrelazaron tras de mi cuello, mis manos empezaron a descubrir su espalda, su torso, sus nalgas, sus piernas, ya había hecho un mapa mental del tacto de mis manos, en cuanto sus labios se separaron de los míos, me apeteció saborear su cuello y hacia lo hice, empecé a besar con ternura, con pasión, de la boca de ella ya se escapaban pequeños gemidos. - Te amo José... Sentí como mi ropa empezaba a ser jalada suavemente, en poco tiempo ya estaba desnudo y los pechos de mi madre se asomaban por encima del brasier, mi lengua masajeaba el pequeño pezón derecho mientras mis manos hacian precion en su nalgas una y otra vez, mi madre con ambas manos jalaba levemente mi cabello. - hmmmm... haaammm... Con delicadeza la fui acostando en la cama, separo las piernas y yo me aloje entre ellas, era perfecta a mi vista, y solo quedaba un lugar cubierto por tela, aún que esto no duró mucho pues me agache para tomar su tanga, solté el porta ligas de estás y jale la prenda hasta sacarla de sus pies. - ven aquí - dijo tomándome del pelo. Me dirijo hasta su sexo donde empecé a lamer lentamente pero con fuerza, mi lengua surcaba entre sus labios vaginales, acariciando el clítoris, con ambas piernas empeso a hacer presion en mi cabeza, yo solo escuchaba sus gemidos, derrepente un torrente de jugos entro a mi boca semiabierta, con labios y lengua me comía toda su vulva. Apenas dejó de temblar a causa de su orgasmo cuando me subí hasta poner mi verga a la altura de su vulva, la pasión ya no me dejaba enterar de mucho solo supe que tenía que metérsela y embestir, no tarde mucho en hacerlo pues ella con ambas piernas me jalo haciendo que mi pene entrará en su vagina de una sola estocada, sus paredes vaginales apretaban de una manera deliciosa. Comencé el vaivén mientras nuestros labios se volvían a unir. - Que delicioso mi amor, que rico me das. En verdad me sorprendía lo mucho que había cambiado mi relación con mi madre, el haber pasado de verla como una mujer que solo sabía ser madre y esposa cariñosa a una mujer deceosa de sexo, recordaba que hasta hacia poco le había pedido que no tuviera novio, pues me hacía sentir mal verla con alguien que no fuera mi padre y ahora era yo quien figuraba entre sus piernas, era mi verga la que entraba en la vagina que muchos deseaban poseer, era mi boca la que mamaba sus tetas, las mismas que muchos miraban lasibamente cuando sus escotes permitían la vista. Después de varios minutos cogiéndola me corrí en abundantes chorros de semen dentro de su vagina, apenas terminaba de chorrearme. - Permíteme te limpio eso mi amor. Dirigió su boca a mi verga y empezó a mamar hasta que quedó limpio y nuevamente parado. - Montame amor - mientras pedía deseosa, se ponía en cuatro patas dejando sus nalgas en lo alto. No la hice esperar, tome con ambas manos su cintura, coloque la planta de mis pies a lado de sus rodillas, coloque mi verga en la entrada de su vagina y de una estocada la entroduje en su húmedo augero. - Hummm, que rico. - Te gusta? - Claro que sí mi amor, me encanta como me montas. Mi cintura iba de atrás a adelante, metiendo y sacando la verga de lo más íntimo ella. - haaaa, haaaa, haaaaaa, haaaaammm. En uno de sus orgasmos sus piernas no pudieron seguir sosteniéndola, apoye las rodillas en sus costados y subiendo las nalgas volví a embestir, solo escuchando el chapoteo de sus jugos vaginales, el choque de sus nalgas con mis hinglés, así estuvimos hasta que nuevamente me basee dentro de ella. Apenas baje mi cuerpo del de mi madre, nos acostamos y ella busco acurrucarse frente a mi, tomo mi mano y la puso sobre su teta derecha. - Gracias amor. - De que má? - Desde la perdida de tu padre me has apoyado en todo, gracias a ti salí de esa espantosa depresión y ahora que me hagas tan feliz en la cama... Mientras seguíamos platicando de diversos temas la penetre por el culo en un vaivén lento. Quedamos dormidos, al día siguiente, con ayuda de Sebastián iniciamos el trabajo para acondicionar el establo para los animales que llegarían por la tarde. A las 7:00 de la tarde llegó un par de camionetas con un par de vacas y entre ellos un wey al que pensé no volvería a ver, a don Manuel, así es, ahí estaba aquel señor que había tratado de llevarse a la cama a mi madre, por supuesto lo enfrente dándome a enterar que trabajaba en la hacienda, Martín el encargado de llevar a los animales a mi rancho me explico que recién lo contrataron ese día. En cuanto Sebastián y el personal de la hacienda se marcharon me dirigi a la hacienda para advertir al dueño de la clase de persona que había contratado. Apenas llegué me pidieron entrar al despacho de Juan, el dueño, estaba sentado y frente a el la chica que el día anterior había llamado mi atención. - Buenas tardes José, todo bien con el par de vacas que te llevo Martín? - Si, todo bien, gracias. - Mira te presento a mi hija, Miriam. La Chica amablemente se puso de pie y estrechamos nuestras manos, ella vestía unas botas altas, pantalón vaquero ajustado, y una blusa a cuadros color fiusha, el cuál dejaba apreciar un brasier, violeta. - A que debo tu visita José. Empecé a contar lo sucedido con Manuel. - Entiendo, aún que no lo puedo correr por qué necesito que me ayude con varias cosas de la hacienda, pero le tendré el ojo puesto, sobre todo por la seguridad de mi hija, mira que tratar de abusar de una mujer... Nuevamente regresé a casa, pasaron varios días, en las que todo fue relativamente normal, mi madre hizo arreglos al local que sería su tienda, Sebastián atendía a los animales y de don Manuel solo sabíamos que había llegado al pueblo y que el señor Juan lo tenía trabajando haceando caballos. Mi madre y yo fuimos a la ciudad para habastecer la tienda que abriría a principios de septiembre, el día de la apertura mucha gente fue a ver las novedades entre ellos Miriam quien después de hacer sus compras me ofrecí a ayudarle a llevar sus bolsas hasta su auto ya que eran varias. - Y tienes novia José? - fue una de las preguntas que me hizo, aparentemente para conocernos, pies bien su padre y yo nos llevábamos de lo mejor en mi caso aprendía de él, el llevar la administración de un rancho. - No, con lo del rancho, mi negocio y ayudar a mi madre en su tienda no me da mucho tiempo... y tú, tienes novio? - No, aquí, no hay mucho para encontrar a un buen partido, o por lo menos alguien para hacer amistad... bueno no lo había... De esta manera Miriam y yo empezamos a estrechar lazos de amistad y su padre lo veía con buenos ojos, no así los demás chicos del pueblo quienes demostraban su coraje y envidia, en muchas ocasiones salíamos a cabalgar juntos, mi madre también veía con buenos ojos que yo saliera a "distraerme". Una noche después de hacerle el amor, me hizo una pregunta que me dejó helado. - Te gusta Miriam? - Pues está guapa u es linda persona. - Te gusta, como para montarla? se ve que es muy buena hembra. No conteste, temía que le molestará mi respuesta la cuál era afirmativa, Miriam tenía un par de nalgas que invitaba a acariciarlas, sus senos alimentarían muy bien, las tenia redondas y de buen tamaño. - Sabes he pensado en qué necesitas tener hijos y a la gente se le aria raro que no tengas novia, por eso te pregunto si te gusta la chica, me gusta para ti. - Y no te pondrías celosa si digo que si. - No para nada, se que tú eres mi hijo y siempre me amarás no es así. - Claro que siempre te amare. - Entonces, te gustaría que la niña sea tu esposa, me he dado cuenta que a ella también le gustas... hasta parece borreguito cuando te ve. - Y que abría de ti? - Bueno eso es algo que tendríamos que pensar por qué, me tienes que seguir montando hee... Lo que mi madre me proponía era una locura... una excitante el locura. Conforme fueron pasando los días mi relación con Miriam fue haciéndose más estrecha, en ocasiones en me decía frases como. - te invito a comer algo que hizo mi mamá. - que? - a mí. Estás frases variadas me confirmaban lo que mi madre me había dicho. Llegando el día 15 de septiembre, como muchos sabrán en México se hace un evento llamado "el gritó", por celebración al día de la independencia nacional, pues mi madre decidió que pasaría el evento con algunas señoras dándome oportunidad de pasear con Miriam, en un principio estuvimos con el señor Juan. - Se me antojaron unos esquites - dijo en un momento dado. - Vallan a comprar - dijo el padre de Miriam. Nos encaminamos en busca de un puesto, en el trayecto vi algo que jamás creí ver, era don Manuel de la mano de uno de los empleados de la hacienda, creí por un momento que era un error de mi visión, una coincidencia de las manos de ambos hombres, que habían chocado en un evento que aparentaba la situación, así que seguí nuestro camino. Apenas compramos el vaso con esquites y la chica me pidió ir a la hacienda para ver a una yegua que estaba en preñez. - Vamos caminando - dijo, añadiendo - sirve que nos conocemos más. Realmente a mí se me hizo raro su argumento, pero el ir por el auto de su padre no me parecía buena idea y el de mi madre ella lo podría ocupar. en el trayecto íbamos platicando trivialidades, hasta que ambos resbalamos quedando sucios de lodo, caminamos un kilómetro más hasta llegar a su casa, al llegar a las caballerizas empezamos a escuchar gemidos masculinos, sin miramientos nos acercamos hasta que en nuestras vistas aparecieron de frente don Manuel siendo montado por uno de los trabajadores de la hacienda, no podía creer lo que veía y realmente no me apetecía seguir mirando así que tome la mano de Miriam y la jale para marcharnos del lugar. Aún que trataba de abandonar los pensamientos de lo que acababa de ver me era imposible, don Manuel era el típico macho de campo, y el haberle visto siendo sometido por otro hombre me era inimaginable y más por ser en el ámbito sexual. - Te quieres bañar - preguntó Miriam sacándome de mis pensamientos. - Si - conteste. Preparo el baño y me metí a la ducha solo pensando en lo que ropa me pondría después de asearme, esto no lo hice antes ya que si bien no era al propósito, lo acontecido anteriormente no era para nada esperado por mí o por alguien que conociera a aquel hombre. apenas caían las primeras gotas de agua sobre mi cuerpo cuando veo a Miriam entrar al baño, era simplemente espectacular, un par de tetas como manzanas, un vientre plano, sus piernas estilizadas y su pubis con poco vello, su monte de Venus era prominente, muy estético invitaba a acariciarlo, a besarlo. - Te gusta lo que vez? - ho... claro que sí. se acercó a mí y sin tiempo de nada me besó mientras acariciaba lo largo de mi verga, el agua caía en nuestros cuerpos humedeciéndonos, no espere a nada, inmediatamente me agaché, tome su pierna derecha y la coloque sobre mi hombro, a mi vista quedo su vulva, limpia, suave, virgen. Recargándose a la pared, la tome de la cintura mientras mi lengua buscaba el orificio por dónde emanaban sus jugos, sus manos entre mis cabellos me indicaban que le gustaba lo que le hacía, un leve gemido se le escapó de entre los labios, su primer orgasmo fue evidente cuando sus piernas ya no la pudieron sostener, prácticamente sentada en el piso la penetré, tardo un par de segundos para que su virginidad corriera en pequeños hilos rojos. Su rostro expreso pasión, una sonrisa, sus ojos cerrados y el agua cayéndole en la frente. Sus pechos no podían ser olvidados en ese momento, tome sus pezones entre mis labios, succionando, lamiendo y chupando mientras mi verga entraba una y otra vez en ella. Después de varios minutos terminé dentro de ella, continuamos hacheándonos hasta que ella tomo jabón para limpiar mi verga masturbándome, después de unos segundos hecho el culo hacia mi, mis instintos me hicieron tomarla de la cintura y aunado a esto, su mano dirigió el glande a su vulva haciendo que la penetrara, estuvimos en la misma posición hasta que estallamos juntos en un orgasmo que escurrió entre sus piernas, al ir saliendo de la regadera suena mi teléfono, mientras yo atendía Miriam con total naturalidad se subía una linda tanga blanca por las piernas hasta cubrir su sexo. Mi madre se había sentido mal y era llenada al centro médico del pueblo. Pasaron algunas semanas en las que nuestra relación se formalizó al punto que ella se fue a vivir al rancho. El primer día fue bastante normal, mi madre se abstuvo de ser montada, mientras que a Miriam ya se le empezaba a notársele una leve pansa creciente, mi madre con un mes y medio de preñes. A la semana, estábamos cogiendo Miriam y yo, mientras la tenía montada me dice. - Mi suegra ya me contó lo de ustedes! - No entendí a qué se refería puesto que entre ella y yo habíamos acordado mantener en secreto nuestra relación. - A que te refieres. - En que tú eres su macho. Con la verga aún adentro de ella me quedé inmóvil. - No te preocupes, yo la entiendo. Después me contó que su tío se cogía a su madre pues su padre era adicto al trabajó y su madre zorreaba con los peleados esto, hasta la visita de su hermano quien en poco tiempo se convirtió en su amante, Miriam a los 15 años los encontró en plena copulación, la madre le explicó sus necesidades sexuales los cuales su padre no cubría y ella tenia que buscar a un macho que la montara.
Comentarios

Buen Relato ¿Habrá trio en la continuacion?.
ResponderBorrarFeliz Navidad Joven Amiga. M.J.
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