Mi madre se busca compañía

Cuál sería tu reacción si descubres que tu madre le es infiel a tu padre o que tiene en mente hacerlo, creo que en muchas ocasiones no nos enteramos de cosas que pasan en casa por estar tan metidos en nuestras propias cosas.


Soy José, vivo en una zona suburbana, mi padre un hombre de 45 años, en exceso trabajador (hecho que desencadeno lo que pasó), en cuanto se casó con mi madre el ya tenía una casa con varios apartamentos para rentar, mi madre una mujer de 34 años, pues se casó muy joven, por lo buena de nuestra economía solo tenía que preocuparse por estar hermosa para mi padre y hacer la comida.

Mi padre, prácticamente nunca estaba en casa pues como ya mesione era un adicto al trabajó.

Mi madre una mujer hermosa, muy simpática, se encargaba de los quehaceres, iba a cobrar las rentas de los apartamentos en ocasiones lo hacía yo, e iba al gimnasio tanto para mantener una buena figura, además de que era una distracción para ella.

En una ocasión fuimos a una fiesta, está había sido a pocas cuadras de casa así que fuimos a pié y regresamos de la misma manera, yo iba sosteniendo a mis padres ya que mi papá estaba bastante ebrio y mi madre en menor medida, yo no había tomado tanto ya que tenía planes para el día siguiente.

Entramos a la casa y subimos por la escalera en común la cuál está en un pasillo de metro y medio. Uno de nuestros deberes es ver qué la puerta principal este cerrada después de las 11:30 de la noche esto para evitar que entre alguien ajeno y robe las cosas que estén en el patio común o entre a alguno de los apartamentos a robar.

Por ello mi madre me soltó y dijo.

- Lleva a acostar a tu padre, mientras voy a cerrar bien la puerta, te vas a tu habitación que ya es muy noche.

- Si má.

Pues fui a dejar a mi padre, me encargue de acomodarlo bien y cobijarlo, ya me dirigía a mi habitación, pero pensé, "también ya esta muy mareada, no se valla a caer", así que decidí ir a ver qué llegara hasta su habitación con bien.

En ese tiempo solo teníamos un inquilino, un estudiante de universidad, el cual nos había pedido de favor no hacer mucho ruido pues casi siempre estaba estudiando.

Por ello baje solo en calcetines, al llegar cerca de la puerta principal, escucho susurros.

- Como eres - decía mi madre entre risas.

- anda, tu esposo ni se va a dar cuenta, vi como tu hijo lo metió a duras penas

- Pero el...

- Y a tu hijo le dijiste que se fuera a su habitación, no?

- Si pero no valla a ser que... Mira voy a ver si se fue a dormir, además iré a ponerme algo sexy para ti.

- Esa idea me gusta, está bien, entonces te espero.

- Que acabo de escuchar? - me pregunte.

Mi madre le estaba siendo infiel a mi padre con nuestro inquilino, el muy hijo de puta se estaba cogiendo a mi madre y yo no sabía cómo reaccionar, conforme escuché los pasos de mi madre acercarce, fui regresando hacia mi habitación.

- ya estás acostado amor?

pregunta mi madre pegada a mi puerta

- Si má.

Escucho que abre la puerta de su habitación, mi corazón latía muy rápido, no sabía cómo actuar, uno nunca está preparado para enterarse que su madre se acuesta o que está a punto de ir a acostarse con alguien que no es tu padre mientras que esté está plácidamente dormido en su cama.

Lo que si sabía es que el coraje recorría mis venas, la idea de que mi madre estaba a punto de ser penetrada había puesto dura a mi verga, (esta parte quizá si la comparto con chicos de otros relatos, pues quizá mi madre no era miss universo o un símbolo sexual, pero si está buena y comprendía por qué un chico de mi edad quería cogersela.

Nuevamente escuché la puerta de su habitación, rápidamente salí de la cama y la encontre muy cerca de la puerta para salir al pasillo común, vestía un baby doll transparente con detalles de encaje, este apenas cubría unos centímetros debajo de su entrepierna, una tanga negra muy fina, sus pechos solo cubiertos por el baby doll.

- Hijo que haces aquí? Pensé que ya estabas dormido.

- A dónde vas?

- Como que a dónde voy? pues a tomar agua, a donde más?

- Y vestida así?

- Pues es mi pijama, esto es ropa de cama si no lo sabes niño.

Quizá me faltaba valor para confrontarla, pero era eso o que mi madre siguiera viéndonos la cara y sentirme como un estúpido sabiendo que a mi madre se la cogía alguien que vivía en nuestra propia casa y se burlaba de nosotros, tampoco podía negar que me seguía pareciendo morbosa la escena que me había creado.

- Dime cuánto tiempo llevas revolcandote con Pedro?

Ya había tomado mi decisión, si la escena en mi mente de mi madre siendo taladrada me era excitante, seguro lo sería más si yo era quien la taladraba.

- Pero qué dices? si ese chico y yo apenas cruzamos palabra.

- No lo niegues que te escuché hablando con el.

Con cara asustada mi madre empezó a llorar.

- Te juro que entre el y yo no ha pasado nada.

- Si, aja.

- En verdad, créeme entre ese muchacho y yo, no hay nada, te lo juro por ti y tu padre que son lo que más amo.

- Si, por eso lo ibas a ir a ver vestida a si, verdad?

hubo varios segundos de silenció hasta que volvió a hablar.

- Quizá no sea justificación, pero sabes que tu papá se la pasa trabajando, me tiene desatendida, olvidada, Pedro se me empezó a insinuar y...

El coraje me invadió.

- Está bien mamá.

Mientras la abrazaba por la espalda, dije - madre si necesitabas quien te diera me hubieras dicho.

pase la mano izquierda bajo su abdomen y con la derecha hice que se inclinará.

- No, que me vas a hacer?

- Su pongo que si estabas dispuesta a darle las nalgas a Pedro no habrá problema en que me las des a mi, que soy tu hijo.

- No, no lo hagas.

Rápidamente baje su tanga y acomodé mi verga en sus labios vaginales, ella apretaba las nalgas para evitar ser penetrada.

- Por que madre, a caso prefieres darle las nalgas a cualquier otro menos a tu hijo, por qué? si yo te puedo dar el mismo placer que ellos, quizá hasta más... Prefieres que otros disfruten de tu cuerpo y que yo me joda, que yo me mate a pajas..? Y eso es amor de madre?.

Sentí que sus piernas y nalgas se relajaron dejadome entrar a su húmeda cueva.

- Eres mi madre y por lo tanto tus nalgas son para mí, estamos.

Con la cabeza asintió.

- Si, amor.

Empecé a escuchar como sollozaba, me sentí mal por eso, pero estaba disfrutando de su vagina y no viendo como otro lo hacía, no era testigo de como mi madre decía ser la puta de Pedro.

No tardó mucho tiempo para que mi madre empezará a gemir de placer.

- Te gusta como te estoy cogiendo?

Un "si" tímido salió de sus labios.

- Que bueno que te está gustando por qué partir de ahora serás mi mujer.

Ella está vez no tuvo reacción alguna.

Por un largo rato seguí embistiendo la hasta correrme dentro de ella.

Le di vuelta e impulse su hombros para que se incara, apenas su casa estuvo a la altura de mi pubis, puse mi verga frente a sus labios y le día a mamar, tímidamente abrió la boca y empezó su labor, era alucinante la imagen que tenía de ella.

De un momento a otro empezó a emitir más gemidos, sus mamadas ya no eran contenidas incluso era muy sonora su respiración, la saliva generaba una sonido tan particular.

- Verónica!!! - Escuchamos a mi padre gritar.

- Voy amor.

- En donde estas?

- Vine a la cocina por agua.

Mi madre rápidamente se limpio la cara y fue hacia su habitación.

Puse llave a la puerta para evitar que mi madre saliera a ver a su amante y me fui a dormir.

Al día siguiente me levanté temprano y me puse a pensar en como hacer para que Pedro se largará del departamento ya que no quería decirle a mi padre acerca de sus queberes con mi madre.

Mi madre salió de su habitación encontrándome en la sala, ella evadió mi vista, la alcance en la cocina y la tome por la espalda entrelasando mis brazos en su abdomen y pegando mi verga en sus nalgas.

- Hola hermosa - dije en lo que ella me empujaba sin mucha fuerza.

- Sueltame por favor.

- Sabes que vas hacer hoy y de inmediato? irás a decirle a Pedro que se largué por qué mi padre se está dando cuenta.

- Si lo aré.

- Muy bien - dije mientras metía la mano derecha bajo su shorts de satín.

- No! Que haces, No!

Sentí sus labios vaginales húmedos, saque la mano con sus exquisitos jugos impregnados en dos de mis dedos, los lleve a mi boca saboreando su vagina.

- Estás sabrosa madre - Declare y bese su nuca, me dirigi a mi habitación esperando a que saliera a cumplir el pedido que le había encargado, sabía que mi padre no se levantaría hasta pasado el medio día, es era su costumbre cuando bebía demasiado.

En el comedor se escuchó que depositaban algo en la mesa, posteriormente la puerta de la habitación de mis padres, abrían pasado quince minutos y después mi madre se dirigió al pasillo común vestía una minifalda blanca y un top del mismo color, salí tras de ella y la vi llamar a la puerta de Pedro.

- Hola linda, por qué ya no regresaste anoche.

Pedro trato de tomarle de la mano, pero ella lo evitó.

- Necesito que te vallas, mi esposo despertó anoche y estuvo a punto de verme venir hacia acá.

- Claro que no me voy a ir de aquí zorra, yo sé que tú quieres que te coja.

- Tienes un par de horas para que te vallas o mi esposo se enterará que me has estando proponiendo tener sexo.

Apenas terminó la frase y dio vuelta regresando a nuestro departamento.

La espere del otro lado de la puerta, apenas entra y dándole una nalgada dije.

- Así se hace.

- Oye! No hagas eso. - dijo susurrando.

Fue directo hacia su habitación, al parecer se había ido a quedar junto a mi padre.

Durante la tarde llegó el camión de mudanzas y Pedro se fue a mi padre le dijo que había conseguido otro lugar.

El domingo lo pasamos de lo más normal, pero el lunes apenas espere a que mi padre se fuera para salir al encuentro con mi madre, ella muy bien arreglada, con un la talón legguing negro, botines negros y una blusa muy ajustada se preparaba para salir.

- A dónde vas?

- ha hacer unas comprás.

- Tan temprano?

- Si, que? ya me vas a checar todo, o que?

- Claro que no, pero recuerdas que te había dicho que ibas a ser mi mujer, pues en este momento te voy a dar tu rasion de verga para que la busques con cualquiera.

en ese momento sujete su leguing y lo baje de golpe.

Ella ponía resistencia y a regala dientes dijo.

- Que, vas a violar a tu madre?

Hasta cierto punto lo empecé a ver así, ella no me estaba dando total consentimiento, así que nuevamente volví apelar a mi "derecho" como hijo.

- Entonces yo no puedo metertela pero cualquier otro si?

- Claro que no.

Baje lentamente su tanga.

- Esto no está bien, soy tu madre.

- Por lo mismo tengo el deber de atender tus necesidades y tengo el derecho de entrar al lugar de dónde un día salí, no crees? O como te pregunte ayer, por qué a otros si les quieres dar placer y a mí no, pero está bien no te voy a obligar a nada que tú no quieras.

La solté y me fui a mi habitación. Estaba confundido, por una parte tenía miedo de que ella fuera a buscar a Pedro, pero por otra tampoco no quería quedarme con la sensación de esta obligándola a hacer algo que ella no quisiera, naturalmente la quería mucho y deceaba cogerla a su voluntad.

Escuché que entró a su habitación.

Pasaron algunos días hasta que nuevamente hablábamos con total normalidad, una mañana sin más me habla para desayunar, solo llevaba puesto un calzón que cubría un poco más de sus nalgas y a juego un brasier de media copa.

Trate de comer con total normalidad aún así su imagen estimulaba a mi masculinidad, pasaron varios días y todas las mañanas su atuendo era muy parecido.

La rutina ya estaba prácticamente hecha así que decidí poner alarma en mi teléfono para ayudarle a preparar las cosas, pues desperté justo cuando mi padre salio al trabajo, se escuchó la puerta cerrar y posteriormente el teléfono de mi madre sonó, no escuché muy bien la conversación pero si un poco.

- Entonces en un rato más te veo - dijo mi madre.

Salí de mi habitación apenas dio la hora en la que ella me despertaba, cosa que me extraño que en esa ocasión no hiciera.

nuevamente la sorprendí a punto de salir, está ver con un vestido rojo ajustado que apenas cubría un par de sentimientos abajo de sus nalgas.

- A donde ves, má?

- Iré a ver a Isabel, quedamos en ir de compras.

- Pensé que desayunariamos juntos otra vez.

- No puedo hijo, es que apenas me llamo y ni tiempo me dio de prepararte algo.

Un detalle en su vestido me dio un mal presentimiento, sus pezones se marcaban bastante, al parecer no llevaba brasier, en contra parte se marcaba en su cintura la pequeña tira de su tanga, esto me hizo pensar que iba demasiado sexy como para ir solo de compras, además de que recordar la poca ropa con la que me recibía por las mañanas y ahora la forma en la iba vestida me había puesto duro.

- Vas muy sexy.

- Te parece?

- Hasta me dieron ganas de cumplir lo que te había prometido.

- Que?

- Hacerte mi mujer.

- Por favor, no empieces con eso, si?

- Venga, que tú también lo quieres?

- Tranquilizante por favor.

- Acaso el que me sirbieras el desayuno en calzones no era para calentarme?

Acercandome más a ella tome la parte baja de su vestido y lo subí dejando a la vista sus nalgas y su tanga.

- A partir de ahora cuando estés conmigo no debes traer ropa interior, sabía que para tener la voluntad de mi madre debía ganarla desde todos los puntos.

- Má, sabes yo te quiero más que a nadie y no me gustaría que todo esto terminase mal, todo esto de Pedro, sabes que pasaría si mi padre se llegará a enterar, como ya te había dicho, yo soy tu hijo y tengo el derecho y deber de encargarme de tus necesidades incluyendo las de mujer.

Bese sus labios en un pico, posteriormente tome su barbilla y di otro beso, está vez más duradero, está vez ella también participó.

Mis manos empezaron con caricias tenues, acariciaba sus nalgas, sus pechos, fui hacia su entrepierna.

- No José, soy tu madre - dijo con voz entre cortada.

- Quita de ahí mi mano si en verdad quieres que pare.

Solo mantenía su mano encima de la mía, pero sin ejercer ningún tipo de fuerza.

Introduje un dedo, luego dos, empecé a meterlos y sacarlo, sus gemidos no se hicieron esperar.

- Te gusta má?

- Si mí amor, se siente muy bien, hummm.

Sus manos no pudieron quedarse tranquilas y fueron a acariciar mi verga erecta bajo el pantalón.

No lo podía creer estaba logrando que ella cooperará en nuestro acto sexual.

- No, no, esto no está bien, no está bien - decía manteniendo su mano sobre mi verga

- Bueno ya te dije, si no quieres es tu decisión, pero si la quieres puedes sacarla de dónde está, se quedó unos instantes pensando, su mirada se mantenía fija en la carpa que hacían entre mi verga y mi pantalón.

Finalmente llevo ambas manos a mi pantalón desabotonandolo.

Con voz entrecortada dijo - Si la quiero, no está bien, pero la estoy deseando.

Debo admitir que sus palabras me alegraron y ala vez me excitaron.

- Es toda tuya.

Apenas había logrado sacar mi verga del boxer y se lo llevó a la boca.

Lamia y mamaba de una manera frenética, como si se le fuera la vida en ello, como una verdadera puta.

Estaba contento con la decisión que había tomado, era muy probable que de no haber salido de mi habitación aquella noche, el que estuviera disfrutando de la boca de mi madre sería Pedro y no yo.

- Que rica verga tienes cabron.

- Si te gusta tanto, ahora es para ti.

- A ver si de veras eres tan cabron como para aguantarme el ritmo, Pedro es un hombre no un niño, ahora tu me vas a mostrar que eres.

Las palabras de mi madre me estaban siendo molestas y me orillaban a querer darle la cogida de su vida, demostrarle que yo era tan hombre como cualquier otro.

La tome del cabello cerca de la nuca y aceleré el ritmo de sus arremetidas, ella solo me miraba, no podía creer que mi madre estuviera tan deshinibida.

En un momento me tomo de las piernas y haciendo precion se separo de mi y dijo.

- Ya no aguanto mas, métemela.

Se dio vuelta, subió su vestido y paro las nalgas.

- Ahora tu eres quien me tiene que pedir que lo haga.

- Ya te lo he pedido, o de que manera quieres que lo haga?

- Por que quieres que te la meta?

No contesto y yo no quise jalar más de la cuerda, tome su cintura y guiando mi verga con la mano la penetre, al principio lo hice lento pues estaba desconcertado, me era abrumador estar en tal situación, me hacía mil preguntas, estaba molesto con ella, conmigo mismo, calle mis pensamientos diciéndome a mi mismo.

- "No está mal, tiene un buen culo, sus tetas son perfectas, supongo que Pedro no es el único que la mira con deseó, es que está buena y ni loco pensar que alguien más se la coja, si ella quiere verga eso le daré yo que soy su hijo".

Aceleré el ritmo, en el ambiente se oían sus gemidos.

Me sentía mal por mi padre, pero si era un hecho que mi madre le sería infiel... por lo menos quería disfrutar de lo que seguramente otros quería probar.

- Dios que rico! 

Después de varios minutos la tome y dije.

- acuéstate en el piso.

Sin ningúna objeción lo hizo, abrió sus piernas y yo me metí entre ella para volverla a penetrar.

- Que rico cojes cabron.

Quería quedarme en silencio y solo disfrutar pero el calor del momento abrieron mi boca.

- Con la conchita que te cargas, a cualquiera le pone ganas para darte rico.

- En verdad te gusta mi conchita?

- Si, está bien sabrosa, digna de una mujer tan hermosa como tú.

Hubo un largo silencio en el que me dedique a cogerla.

De momento ella se estremece y deja escapar un gritó, acelere el ritmo llevándome al orgasmo, quedamos acostados en el mismo lugar, yo sobre ella.

Me estaba dando sueño, hasta que siento como mi madre se levanta y se dirige al sanitario.

El resto de la tarde paso y me di cuenta como ella evadia mi mirada.

al tercer día que era miércoles no me levanté, la situación con mi madre me tenía muy desanimado, casi en depresión.

eran quizá las doce del día cuando se abre la puerta de mi habitación, rápidamente trate de cubrir mi cara cono las cobijas.

- Ya levántate.

- No conteste para seguir simulando estar dormido.

- No te hagas el chistosito que bien que vi que te acabas de tapar.

Estaba decidido a no salí y lo único que se me ocurrió decir fue.

- No quiero salir... me siento mal.

- Que tienes - dijo mientras me descubría la cara.

Rapidamente me voltee dándole la espalda.

- A caray.

Sentí que jalo aun más las cobijas y se metió entre ella.

- Sabes no te he pedido perdón

- Por que?

- Quizá por muchas cosas, no ser una buena madre por ejemplo.

Realmente no tenía ningún reproche, aún que no era lo mismo en los últimos días.

- No, nada de eso, eres la mejor madre del mundo, solo que.

- Solo, que..? Descubriste que tú madre iba a ponerle los cuernos a tu padre... o solo que, descubriste que tú madre tiene necesidades sexuales y por ello se deshinibe hasta el punto de dejar que su propio hijo la penetre.

Me quedé en silencio, todo me era tan incómodo.

- Dime, qué piensas?

Continúe en silencio, no se por que pero pero dio un beso sonoro a mi espalda.

- Vamos, dime qué piensas - Continúe en silencio.
- Está bien, te diré lo que pienso yo... primero sentí coraje hacia mi, hacia ti y un poco hacia tu padre... hacia mi, por qué yo fui la que se dejó llevar por las palabras de Pedro, fui débil y dejé que mis necesidades me guiaran a cometer errores y de ello... creo entender lo que sentiste, aún así no justifica que me hayas obligado a tener sexo, pero debo admitir que me gustó... Tu padre me tiene muy abandonada, sabes? Y creo que eso me hizo busca o ser suseptible a las palabras de... bueno de cualquier hombre que me hablara con intenciones, y es que realmente no puedo quejarme mucho apesar de que ya hablé con el, también yo lo conocí así. Sabes, me sentía sola, Pedro me hizo sentir... bien conmigo misma, él era el único con el que platicaba, a el le contaba contaba cuando tenía un logro en el gimnasio... aveces tu padre ni notaba cosas que hacía para el, viste la ropa que llevaba aquella noche que iba a ver a Pedro, pues era nueva... Quizá si cometí un error, pero yo no tuve sola la culpa, como ya te dije, no lo digo para justificarme si no para que me entiendas por qué lo hice.
Mis lágrimas daban a notar el dolor que sentía al darme cuenta que mi madre tenía razón, no se en que medida pero comprendía el que ella tuviera que buscar en otra persona ese compañero, esa compañía, ese oído que por lo menos le escuchará, cosas que ella necesitaba, cosas que vivir mi vida ni yo, su hijo le daba.
- Dime, quiero saber qué piensas? - cuestionó interrumpiendo mis pensamientos.
- Pienso en que me deje llevar por el coraje que me dio enterarme que le ponías los cuernos a mi padre, en qué eres mi madre y no quería... no quiero verte en brazos de alguien más...
- Y por qué lo hiciste? Por qué me obligaste a tener relaciones contigo, con mi propio hijo? Explícame eso?
- No se, me dio mucho coraje que le pusieras los cuernos a mi padre bajo nuestro mismo techo, con alguien de mi misma edad, quizá yo sí me he dado cuenta de los progresos que has tenido en el gimnasio, pero no he tenido el tiempo para decirte lo hermosa que eres... Perdoname madre - Voltee hacia ella rompiendo en llanto, abrazandola - he sido un mal hijo, nunca me preocupe por ti, nunca me he interesado en ti.
abrazándome amorosamente continuo explicando - Sabes? Lo he pensado mucho y quizá sea una locura, pero... No olvídalo.
- Dime qué sucede? Yo hago todo lo que tú me digas.
- No nada mi cariño... Sabes me gusta estar acostada así contigo.
- A mi igual má.
hubo un largo silencio hasta quedar dormido.
Al despertar aún sentía las manos de mi rodeando mi cuerpo y mis manos sobre los de ella, no quice despertarla o interrumpir el momento, así que me quedé inmóvil, solo cerré los ojos nuevamente, pero sonó la alarma de su celular.
Se escuchó un bostezo y saco el teléfono de la bolsa de su pantalón, Tengo que ir al gimnasio, me quieres acompañar?
- Claro que sí, con mucho gusto.
- Solo espérame un momento me voy a cambiar y nos vamos.
Estaba un poco confundido, tenía que olvidarme de lo sucedido con ella, tenía que olvidarme de que la había cupulado? Y tratar de ser más unido a ella, evitar que se sintiera sola nuevamente, a raíz de esto me había surgido atrás duda, sus necesidades sexuales, en qué plano quedaban?
- Listo cariño, vámonos.
Nuevamente me dejaba imprecisionado, "con que ropas iba mi madre al gimnasio?" un top deportivo y unas mallas deportivas, se notaba una tanga pues las mallas se metían a la perfección entre las nalgas separandolas delicadamente haciendo que se marcarán a la perfección.
En el camino ibamos jugueteando.
- Te invito un helado? Pensarás que es de broma, vamos al gimnasio y te invito un helado.
- No veo nada de malo y menos si me lo invitas tu.
Caminamos hasta la heladería y comimos, aún que en un principio no había puesto mucha atención, me percate que el heladero solo quedaba viendo a mi madre, esto se repitió bastante por el camino incluyendo el propio gimnasio, me dio un poco de celos e influía en mis pensamientos, "si en casa se atrevió a querer acostarse con Pedro, aquí abra tenido alguna aventurilla?", realmente nadie se acercaba contundentemente, solo el entrenador, pero se le veía muy profesional, no perdía oportunidad de verle las nalgas o tocarla para que mejorará las posturas pero no había más que eso.
La rutina paso sin mucha novedad después de una hora y media.
- Me esperas otro par de minutos? Voy a ducharme.
- Si, no te preocupes.
El sudor le hacía ver de una manera sensual.
La razón me decía que envía que hablar con mi padre he intentar hacerle ver qué mi madre no solo necesitaba un esposo, si no también un compañero de vida, mis esfuerzos fueron en vano, mi padre solo se molestó y diciendo.
- Apesar de que les doy todo, no agradecen - Salió de casa hacia su trabajo.
- Te había dicho que ya había hablado con el, pero de cualquier manera agradezco tus buenas intenciones cariño.
La relación con mi madre mejoro mucho durante las siguientes semanas, no sé si es algo natural en otras familias o solo algo que se dio entre nosotros, pero platicaba con ella acerca gente que ella conocía, de lo que estas personas le decían a ella, el punto de vista de mi madre sobre estos temas, mis amigos y nuestras actividades también se volvieron tema de conversación, nuestra interacción se volvió tan cercana como nunca antes había sido.
- Me acompañas a realizar unas comparas cariño?
Dijo en una ocasión, un par de meses después de haber empezado con esta nueva relación madre e hijo.
- Claro má.
Las compras fueron de ropa, desde pantalones hasta tangas, en todo me preguntaba que me parecía la prenda? No sabía si tomarlo como un coqueteo como cuando sus desayunos o como si se tratara de una muestra de confianza más. 
Las cosas si que cambiaron el día de las madres, aquel día el esposo de Martha una de las hermanas de mi madre había procurado organizar una fiesta para las mujeres de la familia de mi madre y está por supuesto estaba invitada, a mi fue el primero que me avisó, luego a mi padre apenas había llegado de trabajar y con gusto nos acompañaría según sus palabras, sin embargo el día del festejo llegó tarde a casa.
- Menos mal que ya llegaste, ya es muy tarde! - Dijo mi madre estresada por el horario.
- No voy a ir, vengo muy cansado, además de que tengo que ir a la casa de mi compadre Ramiro.
- No me salgas con esto por favor, te había avisé semanas antes - dijo mi madre reprochando.
- Sabes que? Vete con tu hijo.
Ella iba a decir algo pero quedando con la boca abierta se limito a derramar un par de lágrimas.
- Vámonos cariño - dijo mientras caminaba furiosa hacia la puerta.
En el transcurso del pasillo común y parte del camino fue silencio absoluto, en mi mente recordaba cuando yo decía lo mismo que mi padre, "Ve sola, estoy cansado, o tengo que ir a determinado lugar con mis amigos".
Ahora entiendia porque había buscado a un amante.
En un momento volteó hacia ella, justo cuando fruncía el seño y en voz grabé dejo.
- Sabes que? desvite hacia la izquierda.
- aja - expresé como aceptación.
Yo no conocía mucho la zona y no sabía hacia donde nos dirigimos.
Después de un par de kilómetros adelante, empecé a ver una población rural la cuál empezaba con un edificio de unos cinco pisos.
- Te detienes frente al edificio anaranjado.
- Si.
Al estar enfrente vi una anuncio que decía "Motel" en letras de lámina dorada.
Apenas había detenido la marcha y ella inmediatamente sale del auto.
- Vienes? - pregunta sujetándose de la puerta para ingresar su cabeza.
Apenas meneo la cabeza para afirmar.
Salgo con prisa del auto para entrar al motel tras de ella.
- Una habitación por favor.
La situación me hacía sentir como si fuera la primera vez que fuera a coger, como si tuviera 15 o 16 años.
Después de que le entregarán las llaves a mi madre, estira la mano hacia mi y yo la tomo.
- Se que esto puede ser una locura, pero no sabes cuánto lo necesito.
Mi mente no podía procesar lo que oía, mucho menos a lo que sabía que sucedería tras cruzar la puerta de alguna de las puertas.
Abrimos la puerta de la habitación 5C, y después de entrar mi madre voltea hacia mi y dice mirándome a los ojos.
- Dime, quieres volverle hacer el amor a tu madre? Puedes mantener tu promesa de hacerme tu mujer?
Los acontecimientos que se fueron dando después de encontrar a mi madre hablando con Pedro me habían abierto los ojos, mis padres solo estaban juntos por costumbre, no tanto por amor, así que decidí mantenerme en pie, a mí y a mi palabra.
Sin contestar me acerque a ella, la tome de la cintura y comencé a besar sus labios, después su boca.
- Gracias cariño - murmuraba mientras mis labios y lengua recorrían su cuello y parte de su hombro derecho.
Mi madre se había puesto un vestido anaranjado, ajustado a su cuerpo que permitía adivinar así silueta.
Tomo mi rostro con ambas manos y la llevo por unos instantes a su boca para que nuestras lenguas lucharán con pasión, después la llevo a su pecho, en donde saboree su piel.
Mis manos acariciaban su torso, fui recorriendo milímetro a milímetro su cintura hasta llegar a sus nalgas, baje hasta sus sus piernas donde encontré el borde de su vestido.
Ella misma bajo su escote y aprecie sus pechos desnudos, no llevaba brasier cosa que me sorprendió pues sus pechos estaban tan erguidos como si lo llevará puesto.
Con el labio superior acaricie cada uno de sus pechos hasta que me decidí lamer y mamar el pezón izquierdo, aún que después intercale con el derecho.
Las piernas de mi madre eran acariadas hacia arriba provocando que su vestido subiera, su tanga blonda en corte v de licra tapaba lo necesario y dejaba ver lo suficiente para que fuera sexy.
Las manos de mi madre llegaron a mi camisa liberando cada botón de su hoyuelo, para después sacarla de mi torso, lo mismo sucedió con mi pantalón y finalmente con el boxer que dejó totalmente al descubierto a mi verga.
- Valla si que has crecido mi amor - declaro mi madre al tocar y voltear a ver mi miembro erecto.
Se inco y tomo mi verga con ambas manos, la contemplaba como si se tratara de algo que nunca hubiera visto en su vida, posteriormente abrió su boca y trato de meterla lo más profundo posible.
La expresión de mi cuerpo era como si un valde de agua fría cayera en mi, pero contrario a esto, mi cuerpo lo sentía demasiado caliente.
- Ven acuéstate en la cama - dijo mientras se ponía de pie.
Yo no puse objeción y me acosté, ella subía encima de mi, abriendo sus piernas arriba de mi cabeza, podía ver sus labios vaginales marcandose en su tanga, tanto por qué estaban hinchados, como por qué sus jugos permitían que se traslusieran.
Su cabeza fue bajando al tiempo que sus vulva también lo hacía, sus labios hicieron contacto con mi verga y los míos solo tuvieron que esperar a que mis manos apartará la tela de su calzón para empezar a succionar su chocho.
No sabía su tanto líquido que escurría en mi lengua era producto de la salibacion natural de mi paladar o si eran simplemente los jugos de mi madre, pero me era delicioso pensar en lo rico que se lubricaba el interior de su vagina esperando el momento en que la penetrara, esto no tardó mucho ya que después de algunos minutos mi madre en un casi gruñido advirtió.
- Ya no aguanto, métemela - mientras que se giraba quedando su entrepierna encima de mi verga erecta.
Paso una mano tras de ella y tomo mi verga, sus nalgas bajaron ensartando mi duro pene en su vagina, apenas había entrado el glande cuando mi madre dio el primer centon, después siguió otro y otro, hasta que las embestidas al compás de sus nalgas y mis muslos se hicieron presentes.
No sé cuánto tiempo estuvimos cogiendo en esa posición, pero dentro de este lapso mi madre tuvo dos orgasmos con los que tuvo a necesidad de gritar.
En la poca experiencia sexual con la que contaba nunca había perdido el sentido, es decir no quede dormido, ni desmayado, pero si había perdido el sentido del tiempo, sentía el cuerpo adormecido y una emisión que solo lo compararía con el de un niño que va o a resibido algo sublime que recordara toda su vida, "bueno yo también había recibido algo que jamás he de olvidar, el cuerpo de mi madre, lo había recibido de ella misma en una entrega sexual".
Después de eyacular dentro de su vagina ella cayó extasiada a un lado mío, su pierna izquierda hacia entre mis dos piernas y la derecha encima, su mano derecha mi cara cubría y en el ambiente nuestras respiraciones agitadas se escuchaban.
Sentía el cuerpo totalmente fatigado, hasta que la mano de mi madre se movió acariciando mi rostro.
Abrí los ojos y dirigi la vista hacia su rostro sudado y esvosante de una sonrisa.
Giro la mitad de su cuerpo y tomo su teléfono, después de teclear volvió a girar hacia mi.
- Creo que podremos quedarnos otro rato más para disfrutar de nosotros, le dije a tu tía Martha que el auto se averió y que hemos venido a buscar un mecánico.
Trague saliva y conteste con un.
- Si, está bien.
Nuevamente ella se giro quedando su espalda frente a mi.
- Quiero que hablemos.
Nuevamente trague saliva.
- Dime.
- de Pedro.
No sabía que me sería, lo primero que se me vino a la mente fue que me diría que le amaba o que quería seguir cogiendo con el, quería evitar escuchar eso, así que me quedé callado.
- Un par de meses después de haber llegado, nos encontramos cuando yo llegaba del gimnasio, tu padre, como siempre estaba trabajando, tu te habías ido a jugar fútbol con tus amigos, ese día Pedro me dijo que me veía muy bien, normalmente le di las gracias, cada que llegaba del gimnasio el estaba creo yo, esperándome para decirme lo mismo, poco a poco se fue creando una amistad pues empezamos a conversar, que si el también hacia ejercicio, que como me iba en el día o que si sus clases x cosa. Después poco a poco las conversaciones se fueron tornando un poco sexuales, que si mis compañeros del gimnasio me traían ganas, según el todos los que me vieran deberían de tenerme esas ganas, en una ocasión se me salió decir, "todos menos mi esposo, el solo tiene ganas de trabajar", y el me consoló diciendo que cuando yo quisiera el me hacía lo que tu padre no quería hacerme o tomaría el lugar que el se a olvidado, sabes que día el iba hacerme lo que tú padre no ha querido? Cuando tú lo hiciste.
En mi mente quedó como eco la confesión de mi madre, el día que ella decidió por fin ser la mujer de Pedro yo la hice mía.
- Quizá sea una locura, pero ver los celos con los que me trataste, después tu cariño, tu amor, tu dedicación y ternura también por qué no decirlo, la forma en que me... en la que me satisfaces hicieron que hoy más que nunca te deseara dentro de mi.
El tono de mensaje del teléfono de mi madre interrumpía su declaratoria.
- Vienen por nosotros - advirtió.
Rápidamente nos bañamos en la regadera de la abitación y salimos.
Después de andar un par de kilómetros más encontramos a un mecánico, estuvimos un par de minutos frente al local, hasta que mi madre llamo para mencionar que el auto ya estaba arreglando.
La fiesta estuvo bastante agradable, aún que me sentí incómodo pues en mi mente seguía resumbando lo mencionado por mi madre. 

Han pasado algunos meses y en verdad que sigo dando gracias de haberme levantado de la cama, encarar a mi madre, hoy mi madre a dieta y ejercicio está más buena que universitaria cogelona... Y sabes? soy yo quien se la coge, pues es mi madre y sus nalgas son para mí.

Comentarios