Descubrí que mi hermanita es una adicta al sexo

Un día mí mamá no pudo ir a la escuela a recoger a mi hermanita de 12 años la misma que cursa el sexto grado de primaria, así que tuve que ir yo a recogerla, llegue al colegio pregunte por ella y el portero me dijo que estaba en examen de recuperación y que mejor regrese dentro de una hora por ella.
decidí aprovechar ese tiempo en hacer unas compras, y volví por mi hermanita con 15 minutos de tardanza, la puerta estaba entreabierta y no estaba el portero así que entre a llevarme a mi hermana.

La escuela estaba totalmente bacia, tampoco vi profesores me sentí algo confundido y creí que mi pequeña hermana se había ido sola a casa.

entonces fue cuando me dieron ganas de orinar y me dirigí al baño de la escuela, al salir del baño escuché unas risitas y la voz de mi pequeñita hermana así que me dirige al lugar de donde provenía dicha voz.

grande fue mi sorpresa al ver a mi hermanita siendo penetrada por su profesor quien la tenía piernitas abierta y con su uniforme aun puesto y ella gemía y sonreía de gusto y placer, en ese instante quise matar a ese tipo por unos segundos quise actuar, pero luego de ver como gozaba la chiquilla me entro una excitación tremenda, así que me escondí para ver como acababa todo este espectáculo que me brindaba mi propia hermanita, empecé a grabar con mi celular sin ser visto ni escuchado ya que mi hermanita tenía concentrado a su profesor quien la penetraba y ella se movía al ritmo y armonía de su profesor, finalmente vi como el profesor se venía dejándole abundante semen en el coñito de la pequeña de 12 años.
ambos se abrazaron se dieron un beso en la boca y el la cargo al baño donde después de unos minutos salió limpia y como si nada hubiera pasado y subieron al segundo piso

yo corrí hacia la puerta y comencé a llamar como si recién hubiera llegado, vi que portero también bajaba del segundo piso y llamaron a mi pequeña la misma que salió dando pequeños saltos de felicidad.

me abrazo y me dio un beso en la mejía y me dijo.

- Hola Hermanito saque 9 en gimnasia.
Yo no sabía con qué cara mirar a mi pequeña hermana, quien aparentaba ser una niñita santa, pero en realidad era que ya follaba a tan corta edad.

Al llegar a la casa corrió a meterse a la ducha y se bañó.
yo por supuesto, estaba intrigado de ver a mi pequeña hermana convertida en toda una experta en el sexo.
entre a su cuarto y le pregunte si tenía algo que contarme con respeto a su profesor de gimnasia y me respondió que no que no tenía que decirme nada eso me éxito más al ver lo bien que ocultaba y protegía a su follador.
quede con mi mamá de ir a recogerla al día siguiente a la escuela ella me respondió que si era posible ya que ella estaría ocupada y siempre iba a recogerla muy tarde, entonces comprendí que mi hermanita había sido follada desde hace mucho tiempo atrás por eso la verga de su maestro le entraba y salía con facilidad y ella gozaba y disfrutaba al máximo.

Me intrigaba saber desde cuando era follada, me excitaba y a la vez me llenaba de rabia saber que alguien se aprovechaba de su inocencia, quisa de su calentura sabiendo que a esta edad el cuerpecito de las niñas cambia y se empiezan a excitar, ella no era la excepción puesto que ya empezaba a usar corpiño.

Al día siguiente fui por mi hermanita a la escuela y nos dirigimos directamente a casa, mi mamá había mencionado que tardaría en llegar dado a varios asuntos del trabajo. Lo mismo del día anterior, llego y se metió a la ducha a bañarse, una vez hubo terminado de bañarse entre a su habitación, no permití siquiera que terminara de vestirse.

Nuevamente le pregunte si tenía algo que contarme con respecto a su profesor de gimnasia, a lo que nuevamente me dijo que no, que no había nada que contar.

No sabía que decir, como iniciar la conversación, quede callado unos instantes, momentos en los que ella empezaba aponerse los calzoncitos.

Tome su calzoncito de la parte de en medio, entre sus piernitas impidiendo que tapara su pequeña vulva.

-          Sabes que a mí me puedes contar todo lo que te pasa, ¿verdad?

-          Si.

Lleve mi mano a su entrepierna acariciando sus labios vaginales.

-          Entonces, ¿Me vas a contar que te hace tu profesor de gimnasia?

-          Nada

-          ¿Y entonces quien te abrió tu hoyito?

-          Me prometes que no te vas a enojar

-          Te lo prometo princesa.

-          Mi profesor me quiere mucho por eso me mete su pilin y a mí me gusta, siento muy rico.

-          Sabes nena, eso está mal porque tu aun eres una niña.

-          Pero no, el me lo hace porque me ama y a mí me gusta mucho.

-          Si, sé que te gusta, pero eso no hace que deje de estar mal, además que, sabes que no hay nadie que te ame más que mi papá, mi mamá y yo, y no por eso te lo metemos.

Mira, no le diré nada a nadie si tu dejas de hacerlo con tu profesor, ¿estás de acuerdo?

-          Pero a mí me gusta mucho que me meta el pilin.

Sus palabras me excitaban de sobremanera

-          Soy tu hermano y sabes que te amo, ¿verdad?

-          Si y yo a ti.

-          ¿Quieres que yo te la meta? De cualquier manera, no volverás a ver a tu profesor.

-          ¡No! También quiero que mi profesor me meta el pilin.

-          No nena, eso está mal.

-          Mira, sé que a ti te gusta que te la meta y está bien, por eso, si quieres que alguien te la meta, te la voy a meter yo, si no nadie te la va a meter hasta que cumplas 18 años además de que si no haces caso a lo que te diga yo se enteraran mis papás y te van a golpear como no tienes idea al igual que a tu profesor.

 

Tome su calzoncito y se lo quite, abrí sus piernitas situándome en medio de ellas.

-          Mira princesa, sabes que te amo verdad, y sabes que siempre te voy a proteger, si tu abres tus piernitas solo para mí, yo te voy a enseñar muchas cosas, para que sientas más rico, ¿estás de acuerdo?

-          Bueno, está bien.

-          En primera esto (dije señalando a mi verga) no se llama pilin, se llama pene, pero le puedes llamas verga y ha esto se le llama sexo oral y cuando quieras que te lo haga me puedes decir que quieres que te coma la vaginita.

Con tal explicación bajé la mirada a su entrepierna y empecé a lamer sus labios vaginales introduciendo mi lengua en su hoyito, ya estaba u tanto mojada por las caricias que le había hecho con anterioridad.

Escuchaba como emitía leves gemidos y su espalda se arqueaba, no tardo mucho cuando sentí su cuerpo tensarse y expulsar sus jugos en mi boca.

Subí a su boca regalándole tiernos besos en donde su lengua y la mía se unían, empecé a bajar por su cuello hasta llegar a sus pechos que apenas se empezaban a asomar, con mis dientes de manera dulce jalé uno a uno sus pequeños pezones.

-          ¿Quieres que te meta mi verga?

-          Siii, métemela.

Tome mi miembro y poco a poco lo fui introduciendo entre sus piernitas, por un momento me cruzo por la mente que podría hacerle daño, pero, alguien gordo ya se lo había hecho, yo no le lastimaría, ya que además de todo yo se lo aria con amor, cerro los ojos, poco a poco fui aumentando la velocidad de mi vaivén después de un largo rato ambos terminamos, yo llenándole la vagina a mi hermanita.

Acerque mi verga a la boquita de mi pequeña hermana.

-          abre la boquita nena.

Introduje mi verga y dirigí cada uno de sus movimientos hasta que me volví a correr dentro de su boquita.

-          Tomate toda mi princesa.

Después de tragar sonrió, en un gesto de complicidad.

Después de un par de horas llego mi mamá, le hable de una escuela que contaba con nivel primaria y secundaria que se localizaba cerca de la universidad donde estudio mi carrera, la propuesta era cambiarla de escuela y yo pasaría por ella.

Mamá lo vio a bien en la noche se le planteo a papá y me pidieron hacer los papeleos, al día siguiente acompañe a mi hermanita a la escuela, aunque esta vez solo era para tramitar la baja de la escuela.

Al salir de la dirección nos encontramos con el profesor de gimnasia le salude con una sonrisa un tanto sarcástica.

- nena ve a despedirte de tus amiguitas.

- si.

- Profesor, solo quería agradecer sus atenciones para con mi hermanita.

- no hay nada que agradecer, solo cumplo con mis deberes.

- no, en verdad, se que atendía a mi hermanita en otros aspectos y lo entiendo, ella ya casi es una señorita y se que empieza a tener otras necesidades y por lo mismo le voy a agradecer que no investigue a que escuela ira, de lo contrario muchas personas verán como aplica exámenes de regulación a sus alumnas.

El profesor quedo mudo, llame a mi hermanita para retirarnos de la escuela y darla de alta en el nuevo colegio en donde diariamente pasaba por ella, llegábamos a casa y le daba su ración de verga.

Comentarios

  1. Uff fascinado, me gustaría ser ese hermano

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  2. Ya lo había leído con otro nombre, y personajes un poco diferentes, pero vos le diste un nuevo matiz y perspectiva mas fresca y atractiva. saludos de MadJohn. J. A.

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